La OMS recomienda no superar una cucharadita de sal al día. La nutricionista Susan Láscarez comparte alternativas para mantener el sabor en sus comidas sin superar el límite recomendado.
Los niños y adolescentes crecen en ambientes en donde se promueve el consumo de alimentos altamente procesados, con alto contenido de azúcar, grasas y sal.
El exceso de sodio en el organismo puede provocar un aumento en la presión arterial.
La sal es un nutriente esencial que ha ayudado a las civilizaciones a dar sabor y conservar sus alimentos durante milenios, pero demasiada sal en la dieta está relacionada con una serie de problemas de salud.
Más importante que elegir entre los distintos tipos de sal, la clave está en saber usarla con moderación y estar atentos a los productos ultraprocesados.
La circular de las autoridades sanitarias ha desatado una ola de críticas entre diferentes sectores, que advierten posibles efectos nocivos por esa decisión.
Esta preocupante tendencia está directamente relacionada con el aumento de la presión arterial.
El oficio de Santos Prieto, de 71 años, ha ido desapareciendo desde la apertura al comercio internacional, ya que resulta más económico importar la sal que elaborarla en territorio nacional.
La Organización Mundial de la Salud recomienda a los adultos consumir cinco gramos diarios, lo equivalente a una cucharadita.
La vejiga tiene un tejido que se encarga de protegerla. Sin embargo, ese tejido es sensible a algunos cambios del PH, provocados por la alimentación.
Añadir siempre sal a la comida reduciría en más de dos años la esperanza de vida de los hombres y en un año y medio la de las mujeres.
Limpian el aire, aumentan la energía, ayudan a dormir mejor y hasta mejoran el estado de ánimo.
