El dueño de la empresa Tico Bebidas, un abogado, un arquitecto y un asesor financiero destacan entre los investigados por el caso "Corona", que destapó la existencia del primer grupo vinculado en Costa Rica a la exportación de cocaína líquida.

Los cuatro costarricenses sobresalen por su papel en el presunto lavado de las ganancias que generaba la estructura liderada por un colombiano de apellidos Lozano Bonilla (51 años de edad).

Se cree que este sujeto, así como cuatro coterráneos suyos, consiguieron la manera de importar al territorio nacional la droga en su presentación en pasta.

Esta luego era procesada a una presentación líquida en un laboratorio clandestino en Coronado y finalmente se transportaba hasta una planta envasadora de la compañía, en Poás, la cual servía de mampara para permitir la salida de la droga a Europa y Asia, explicó el director general del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Rándall Zúñiga.

Precisamente Lozano Bonilla logró concretar con un empresario de apellidos Herrera Soto (44), el uso de las marcas de frescos carbonatados Minerva, de Tico Bebidas.

Junto al propietario de la compañía fueron detenidas su actual pareja sentimental y su exesposa, de apellidos Brenes Murillo (28) y Murillo Picado (44), respectivamente.

Con esta última, Herrera Soto figuraba en cuatro sociedades que ahora son investigadas por la Policía Judicial, en el tanto que las mismas acumulan bienes valorados en $1,5 millones.

Las mismas son:

  • ​Tico Bebidas.
  • Minerva Bebidas.
  • Hemu CR.
  • El Guapinol de San Rafael de Poás.

Dentro de los investigados destacan, además, el abogado de apellidos Montes Fonseca (35), el arquitecto de apellidos Herrera León (38) y el asesor financiero de apellidos Fonseca Vargas (de edad desconocida). Ni el jurista ni el consejo han sido aprehendidos al cierre de esta publicación.

De igual manera, figura como imputado otro nacional de apellidos Picado Sánchez (37), cuyo rol en la organización no se precisó.

"Hay siete nacionales, dentro de estos está el dueño de la empresa de bebidas Minerva, junto con dos mujeres asociadas a este sujeto, más otras personas de la parte de legitimación de capitales, como un arquitecto, un abogado y un financista. Aparte de esto habían otras personas que también colaboraban con la exportación de cocaína líquida", declaró Zúñiga a Telenoticias.

También los colombianos de apellidos Caicedo Valoi (56), Vayoles Mosquera (45, exconvicto), Montoya Gutiérrez (58), Lemos Rebellón (43). 

Estos dos últimos, al igual que Lozano Bonilla, son a su vez costarricenses por naturalización.

"Marañas"

Una de las diligencias más importantes ejecutadas este martes tiene que ver con la revisión de una extensa propiedad en Poás, que pertenece al empresario de apellidos Herrera Soto.

Allí se tiene una planta que, en su momento, sirvió para el envasado de las bebidas, pero además se construyó una lujosa vivienda en la que se decomisaron dos autos de alta gama.

Este terreno, en el que se revisarán varios contenedores en busca de sustancias ilícitas, es uno de los 39 que anotó el Organismo de Investigación en el marco del caso "Corona".

Asimismo, la Policía Judicial incautó 26 vehículos de alto valor.

Según el fiscal adjunto Mauricio Boraschi, todos estos bienes tienen un valor aproximado de cerca de $13 millones.

En esa línea, el representante del Ministerio Público resaltó el papel que supuestamente tenía el asesor financiero de apellidos Fonseca Vargas, en un intento por mezclar "lo lícito con lo ilícito".

"Tenían una persona que les ayudaba a hacer todos los movimientos mediante una serie de figuras contractuales, entre esas usaban mucho el tema del fideicomiso, lo que les daba flujo de caja para manejar las distintas operaciones de esta organización", destacó el fiscal ante consulta de este medio.​

Cerca de la finca de Herrera Soto fue capturada la expareja del empresario, de apellidos Murillo Picado, en una imponente vivienda en la calle El Guapinol, en San Rafael de Poás (mismo nombre de una de las sociedades ahora investigadas).

Respecto a Herrera Soto, Murillo Picado y Brenes Murillo, el fiscal mencionó que "son personas que estuvieron sentimentalmente vinculadas" y precisó que "tuvieron papeles importantes y conocimiento pleno de lo que estaba aconteciendo".

Además de los bienes ya detallados, en el marco de estas diligencias, la Policía Judicial desplazó químicos hasta los sitios en los que se cree se procesaba la droga, con el objetivo de intentar acreditar dónde era que se daba su transformación.

De igual forma, Boraschi destacó que el Ministerio Público y la Policía Judicial cuentan con la asistencia de las policías de Israel (donde se realizó una incautación de casi 150 litros de cocaína líquida, atribuida a este grupo) y Colombia.

Se espera que en el transcurso de la tarde se confisquen varias pichingas y utensilios que se cree eran usados en el tratamiento del estupefaciente. Estos serán llevados en un camión hasta los laboratorios del Complejo de Ciencias Forenses, en Flores.

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