Por Juan José Herrera |14 de enero de 2024, 8:05 AM

En las últimas semanas se ha hecho cada vez más habitual observar, o escuchar, el llamado del Tribunal Supremo de Elecciones a los costarricenses para que salgan a votar “por su pedacito de Costa Rica”.

El lema se repite desde finales de agosto anterior, cuando se dio el banderazo de salida a la campaña de información para las elecciones municipales del próximo 4 de febrero.

La frase apela precisamente a un enfoque más emocional en lugar del abordaje pragmático que el máximo tribunal electoral siempre le ha dado a los comicios locales.

La razón, como reconoció el propio TSE, apunta a combatir el histórico abstencionismo que siempre ha marcado estas elecciones.


“En esta ocasión la propuesta es híbrida, en el sentido de que queríamos hacer ese énfasis en lo importante que es la elección municipal, porque vamos a escoger las personas a cargo de la gestión de nuestros servicios, pero también apelar al elemento más emotivo, más motivacional, que es al que normalmente apelamos en las elecciones nacionales

“¿Por qué? Porque consideramos que una de las motivaciones más fuertes que tenemos los costarricenses para ir a votar es el amor que sentimos por el país, el aprecio y orgullo por Costa Rica, esto es algo que cruza transversalmente los grupos etarios, los distintos sectores socioeconómicos, es decir, si hay algo que compartimos más allá de nuestras diferencias es un aprecio muy grande por nuestro país”, explica Gustavo Román, asesor político del TSE.

De ese análisis nació la invitación a votar “por nuestro pedacito de Costa Rica”, una estrategia que se ha replicado en radio, televisión, redes sociales y prensa escrita.

Ese esfuerzo le ha demandado al Tribunal Supremo de Elecciones ₡141.995.528 en pauta publicitario, distribuidos en una primera etapa que abarcó desde el 16 agosto hasta el 30 de noviembre (₡124.496.348) y una segunda desde el 1° de enero hasta el 4 de febrero (₡17.499.180).

“La primera parte fue una etapa para invitar a los primeros votantes a participar y presentar su solicitud de cédula antes del 3 de octubre, que fue cuando oficialmente se hizo el cierre del padrón, así como a los demás a actualizar su domicilio electoral.

“Luego llegó una nueva fase de corte emocional, en octubre, noviembre y diciembre; y ahora en enero y hasta la primera semana de febrero se hará una mezcla de tres elementos: la campaña emocional, uno de corte informativo sobre cómo presentar una denuncia, dónde votar, las opciones partidarias y otra para invitar a las personas a un curso digital gratuito de cómo ejercer nuestra ciudadanía, de manera responsable, en el mundo digital”, añadió Román.

¿Mucho o poco?

Román explicó que la definición presupuestaria del Tribunal no permite variar demasiado los recursos que se destinan a publicitar una elección, llámese nacional o municipal.

Por esa misma razón, dijo, los montos no cambian demasiado y, por lo tanto, tampoco la cantidad de pauta.

Sin embargo, para este año, la percepción parece apuntar a un aumento de la pauta y la periodicidad con la que se observan anuncios del TSE.

“Lo cierto es que el monto que tenemos para comunicación es muy bajito, es restringido y lo que podemos hacer es distribuir gastos, pero no podemos decir presupuéstenos más, no tenemos ese margen y no es como que los diputados nos presupuesten más cuando hay una elección.

“Pueda ser un asunto de percepción, en el sentido de que en las elecciones nacionales usted ve anuncios del Tribunal Supremo de Elecciones y de muchos de partidos políticos; en cambio, en la municipal prácticamente no hay publicidad partidaria, eso podría generar la impresión de que la del Tribunal es más”, explicó Román.

Otro punto importante es que las televisoras y radioemisoras, por ley, están obligadas a cederle al TSE media hora semanal de su espacio de manera gratuita, esto desde que se convocan las elecciones en octubre hasta los comicios en febrero.


Ese tiempo, además, debe distribuirse durante todo el día, incluido el prime time de cada medio.

“Con toda esta estrategia no hay un solo objetivo, por supuesto lo fundamental es motivar a las personas a votar, pero no puede ser el único”, sentenció Román.

El próximo 4 de febrero están llamados a votar 3.570.807 costarricenses. Hace cuatro años, el abstencionismo en los comicios municipales fue de 63,7%, es decir que solo un tercio del padrón se acercó a las urnas.

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