Por Luis Jiménez |30 de julio de 2024, 12:11 PM

Las redes sociales y las agencias de modelaje se han convertido en las principales herramientas de los delincuentes para atraer a víctimas de trata de personas en el país.

Según Diego Castillo, jefe de unidad de investigación de la Sección Especializada Contra Violencia de Género, Trata de Personas y Tráfico ilícito de migrantes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en los últimos años, la explotación sexual y laboral ha encontrado nuevos canales de reclutamiento a través de las redes sociales y las agencias de modelaje.

Durante el año anterior, se investigaron 23 casos solo en San José, de los cuales 12 eran por trata de personas; siete tuvieron una intervención policial y, de ellos, cinco eran por explotación sexual y los otros dos por laboral.

La mayoría de los casos involucra a menores de edad, quienes son particularmente vulnerables debido a su edad y situación económica.

“Los menores son personas vulnerables por su edad y los delincuentes aprovechan para ofrecerles cosas que a ellos les dificultan obtener como celulares, dinero y prendas caras que no pueden comprar. Además, les venden la idea que son modelos porque son bonitas y hasta dicen que deberían ser vistas por otras personas porque pueden llegar a ser reconocidas mundialmente.

“En muchos casos les piden fotos, también les solicitan que vayan a lugares para tomarles las fotos y luego explotar sus cuerpos. Cuando ya logran todo esto, las víctimas son engañadas fácilmente porque si después no acceden a ir les dicen que las van a lastimar, a matar a la familia o hasta exponer sus fotos y es ahí donde ellas se sienten intimidades y siguen accediendo para que nos las expongan”, comentó Castillo.

Las redes sociales se han convertido en un terreno fértil para los tratantes, que se aprovechan de la ingenuidad y de las aspiraciones de las jóvenes víctimas, mientras que las agencias de modelaje son utilizadas como un arma para llamar más su atención.

Muchas de estas menores no se consideran a sí mismas como víctimas. Creen que están recibiendo ayuda a cambio de dinero, sin darse cuenta de que están siendo tratadas como objetos y no como seres humanos.

“La explotación laboral también ha encontrado un terreno propicio en las falsas promesas. Dos casos recientes, uno involucrando a un adulto mayor y otro a un menor de edad, han revelado cómo se ofrece trabajo con horarios flexibles, alimentación y hospedaje. Sin embargo, al llegar al lugar, las condiciones son completamente diferentes a lo prometido. Las víctimas son intimidadas, muchas veces sin documentos, y amenazadas con ser entregadas a la policía para deportarlas.

“Además, si la víctima no tiene dinero, los explotadores se lo prestan con intereses exorbitantes, atrapándolas en una espiral de deudas imposibles de pagar. Esta forma de coacción y control económico refuerza el ciclo de explotación”, señaló Castillo.

El agente judicial manifestó que sus derechos son violentados de manera constante, siendo llevadas a lugares insalubres y sometidas a condiciones inhumanas.

En algunos casos, los tratantes piden a las víctimas menores de edad que atraigan a más personas a la red de explotación. En muchos casos, el abuso incluye contacto sexual con las víctimas menores, añadiendo más violencia y trauma a las víctimas.

Durante este 2024, el OIJ ha investigado 12 casos en el centro de San José: 10 por explotación sexual y dos por laboral.

Si una persona es condenada por el delito de trata de personas, podría descontar una pena de cárcel que va de 8 a 12 años, pero si hay víctimas menores de edad, la pena puede ampliarse.

Las principales víctimas son costarricenses y nicaragüenses.

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