Por Luis Jiménez |8 de enero de 2025, 17:10 PM

Los celulares diminutos o “minicelulares” son la nueva forma de burlar los controles policiales en las cárceles costarricenses.

Estos dispositivos han sido un problema significativo para las autoridades penitenciarias porque son utilizados por algunos privados de libertad para coordinar actividades ilícitas, como extorsiones, estafas, tráfico de drogas y otras operaciones criminales.

Este tipo de teléfonos, como todos los demás, son introducidos a las cárceles de manera clandestina; sin embargo, fuentes policiales confirmaron a Teletica.com que, principalmente, ingresan a través de visitas conyugales. Tanto hombres como mujeres colocan hasta ocho de estos diminutos aparatos dentro de un preservativo que esconden en sus partes íntimas, envueltos en papel carbón para no ser detectados.

En muchas ocasiones, para que el celular llegue hasta los ámbitos donde se encuentran los privados de libertad, logran pasar hasta por tres dispositivos de seguridad sin ser detectados.

Celulares en centros penales
Celulares en centros penales y dispositivos electrónicos.

Gerald Campos, ministro de Justicia y Paz, señaló que muchos de estos aparatos también son introducidos a las cárceles con ayuda de los policías penitenciarios.

“Aquí lo que se pone en riesgo es la seguridad del país y de muchos costarricenses, hay teléfonos y chips por montones dentro de los centros penales; por eso, estamos realizando hasta 16 operativos diarios para decomisar este tipo de dispositivos.

“En nuestra gestión hemos pasado muchos funcionarios corruptos (policías penitenciarios) al Ministerio Público porque permiten que estos teléfonos ingresen a las cárceles y, hasta el momento, son 28 personas las presentadas ante la Fiscalía. Hay corrupción en todo lado y la estamos atacando”, dijo Campos.

Muchos teléfonos también son lanzados desde el exterior hacia las áreas de las cárceles, o incluso mediante el uso de drones.

“Hemos mejorado los controles policiales; sin embargo, tenemos que modernizar las cárceles para tener el control completo porque estamos trabajando en estructuras viejas.

“Hay funcionarios corruptos que los ingresan (los celulares) y estamos detrás de ellos, por eso necesitamos hacer trabajo de inteligencia para saber quiénes son porque esto afecta a todos los costarricenses”, agregó Campos.

Los celulares permiten a los privados de libertad mantener contacto con redes criminales externas; las extorsiones a ciudadanos a través de llamadas y mensajes son uno de los problemas más comunes.

Celulares en centros penales
Algunos de los diminutos celulares son plegables y tienen tapa.

El Gobierno ha implementado sistemas para bloquear las señales de telecomunicaciones en las cárceles, pero los privados de libertad utilizan chips de Panamá o Nicaragua para poder vulnerar estos controles.

Estos “miniteléfonos” inteligentes son de 2,5 pulgadas (6.35 cm), admiten llamadas de voz, videollamadas, cámara, grabación, MP3, radio FM, mensajes de texto, reproductor de video, ranura para tarjeta de memoria, entre otras funciones. Además, son compatibles con la mayoría de las aplicaciones en Google Play Store como Facebook, YouTube, Instagram, WhatsApp, Tiktok, Twitter, etc.

Los diminutos teléfonos tienen un valor en el mercado de entre $50 a $60 dólares (entre ₡25 y ₡30 mil colones) y son hallados principalmente en las cárceles del Valle Central.

En 32 meses de gestión del actual Gobierno, el Ministerio de Justicia y Paz ha decomisado en total 7.148 teléfonos celulares, 9.607 chips celulares y 12.709 artículos electrónicos.

Celulares en centros penales
Algunos celulares tienen teclas, mientras que otros no y son totalmente de pantalla.

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