Por Susana Peña Nassar |15 de mayo de 2022, 17:07 PM

De niño, lo consideraba un “héroe de infancia”, “la estrella que había que seguir”. Más tarde en su vida, Andrés Mora Vargas se topó con Franklin Chang Díaz, astronauta costarricense, sin imaginar que este encuentro le abriría muchas puertas para llegar a donde está ahora: en Sunnyvale, California, trabajando como contratista para la NASA.

“En ese momento era como una estrella, un héroe, una cosa increíble, inalcanzable. Claro, cuando lo conocí por primera vez, no sabía ni cómo hablar, se me trababa la lengua, no sabía ni qué decirle y no sé de dónde salió el valor para preguntarle si él tendría alguna posibilidad de estudiar en el exterior.

“Imagínese lo que es que la persona que usted ha admirado por tantos años, de repente le diga que puede venir y ser parte del equipo con el que él trabaja día a día. Eso es como una realización increíble, de un niño pequeño que llegó a cumplir su sueño”, relató el ingeniero durante una amplia entrevista con Teletica.com.

Luego de estudiar Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones en una universidad privada de Costa Rica, Mora inició una maestría en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Costa Rica. Posteriormente, gracias a un programa de intercambio con la Universidad de Houston, fue ahí por varias semanas y conoció al “héroe nacional”.

“Me presenté con él, hablamos y, finalmente, después de un proceso de selección, su hermano, don Ronald, me escogió para ser uno de los primeros pasantes costarricenses para su laboratorio. Gracias a eso, miles de miles de ofertas se me abrieron”, aseguró.

Ya en Estados Unidos, consiguió una oportunidad para hacer su maestría y doctorado en Japón. Se especializó en Ingeniería Aeronáutica y Espacial, con énfasis en robótica móvil.

Trabajo para la NASA

El oriundo de La Uruca, quien tiene 41 años, no es un “empleado civil” de la NASA, sino que fue subcontratado, como él mismo explica.

“Eso es como cuando tenés personas del ICE, que son del ICE, y personas de una compañía que le han contratado al ICE. El trabajo y el resultado es el mismo, pero unas son planilla del ICE y otras de otra compañía”, ejemplificó el exalumno del Colegio Calasanz, padre de un niño de dos años y medio y, próximamente, de una “chica súper poderosa”.

¿Qué hace para la NASA?

“Lo que hago es, esencialmente, ayudar a crear los mapas que astrobee, uno de los robots que tiene la NASA, utiliza para navegar de manera autónoma dentro del Módulo Experimental Japonés (…) Ponemos al robot a que vea alrededor de esa zona y, una vez que se aprende qué es lo que hay, con eso generamos un mapa y, después de ese mapa, lo que hace el robot es decir ‘ok, ya estoy aquí, ahora veo mi mapa y lo comparo con donde estoy ahora’.

Astrobee es un robot que es, esencialmente, una plataforma de investigación para muchísimas personas (académicos, industrias, incluso otras agencias espaciales). Lo que nosotros hacemos es proveerles esa plataforma para que la utilicen y lleven a cabo sus experimentos dentro de la Estación Espacial Internacional”, respondió.


“Hace casi un año estoy también trabajando en otro proyecto que se llama ‘Biosentinel’: lo que busca es ser la plataforma que le va a ayudar a la NASA y al mundo entero a entender cuáles son las condiciones que tienen que sobrevivir en el espacio abierto, espacio profundo, diferentes tipos de organismos vivos; en este caso, la levadura. Lo que vamos a hacer es poner un satélite que va a orbitar la Luna y esas levaduras van a ser expuestas a todas las partículas que están ahí en el espacio.

“Gracias a ese conocimiento que vamos a generar, podremos saber cómo afectan esos sencillos organismos para luego poder enviar a hombres y mujeres a Marte, a la Luna o a otros cuerpos celestes por espacios extendidos de tiempo”, agregó.

“Devolver el favor”

Andrés Mora cumplió su sueño; por eso, ahora intenta que otros estudiantes costarricenses lo puedan hacer también como una forma de “devolver el favor”.

“Una forma, de mi parte, de ayudar a otros costarricenses y también de reconocer lo que hizo la familia Chang Díaz por mí y el efecto que tuvo eso, es que desde que empecé a trabajar en AMES busqué una forma de cómo traer o cómo darles la misma oportunidad a otros estudiantes en Costa Rica”, expresó a este medio.

Por el momento, ha podido ayudar a tres personas, quienes viajaron a las residencias de la NASA. Para una de ellas, esta experiencia no solo significó una gran oportunidad académica, sino que fue su primer viaje fuera del país.

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