Por Adrián Z Rivero |26 de noviembre de 2023, 8:45 AM

El uso irresponsable y excesivo de los celulares inteligentes está provocando casos falsos de déficit de atención, según expertos consultados por Teletica.com.

Al respecto, el neuropsicólogo y científico cognitivo, Luis Piedra, indicó que las personas se acostumbran a hacer muchas actividades a la vez desde el celular, con lo que construyen “una forma de operar en el mundo” que tiene “muchas ventanas abiertas”.

Entonces, según el neuropsicólogo, se afecta la capacidad de poner atención, que es “una de las habilidades más importantes a nivel cognitivo”.

Según el informe de DataReportal para 2023, en Costa Rica hay 7.83 millones de conexiones móviles celulares, lo que representa el 151.2% de la población.

Sin embargo, la afectación no se limita al uso del teléfono, sino que puede ser por cualquier dispositivo. “Cuando usted está conectado a varios aparatos, al mismo tiempo, entonces usted tiene la atención dividida y eso, en realidad, no es algo evolutivo”, manifestó el psiquiatra Rolando Angulo.

Angulo señaló que tener esa división de la atención sucedía en la prehistoria, cuando los seres humanos eran “víctimas del medio ambiente”, por lo que tenían miedo. No obstante, con la evolución fue mejorando la capacidad de concentración.

“Lo que pasa es que ahorita estamos viviendo esta era del exceso de información; tenemos un montón de información, todo el tiempo, que ya deja de tener contenido. Entonces, las personas jóvenes, principalmente, que tienen el cerebro más inmaduro, son las que van a sufrir más con esto. Ellos ya no pueden leerse un libro seguido o tener videollamada de una hora o dos horas”, indicó el médico.

En general, diversos estudios internacionales señalan que los celulares no deberían utilizarse más de dos horas al día. Además, es recomendable que los niños y adolescentes tengan un uso restringido de estos dispositivos.

Piedra explicó que el déficit atencional real (orgánico) sucede cuando una persona tiene la capacidad de poner atención dañada o mal desarrollada. En cambio, el déficit atencional falso, aunque es muy similar al orgánico, tiene un origen distinto.

“Puede ser por maña, puede ser por costumbre, puede ser que estás expuesto a un montón de personas y les cuesta concentrarse, porque estás en una labor donde no te permiten estar el suficiente tiempo en una sola tarea y entonces se van creando falsos déficit atencionales”, anotó el experto, también docente de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Diagnóstico incorrecto

Ambos especialistas señalaron que han atendido casos falsos de déficit atencional, ya sea por un mal diagnóstico o por un autodiagnóstico.

Piedra explicó que un profesional bien formado debería tener la capacidad de diferenciar entre un déficit de atención orgánico y uno falso, ya que se realiza un diagnóstico diferencial, donde se analizan y descartan posibilidades, hasta llegar al problema real.

En la práctica, sin embargo, el experto señala que se dan casos de diagnósticos irresponsables, mal realizados.

“Yo me he topado, en consulta privada, que a veces llegan con falsos diagnósticos. Muy comúnmente, un profesional mal formado, que quiere simplemente ritalinar (dar Ritalina, uno de los medicamentos usados para tratar el déficit atencional) al chiquito, darle pastillitas, le hace un diagnóstico en lo que dura una sesión y una sesión de un psiquiatra puede estar durando unos 20 minutos, en el peor de los casos”, criticó el docente.

Otro caso que el científico cognitivo puso sobre la mesa es cuando profesionales en Educación, que no están formados para reconocer el déficit atencional, le dicen a los padres de familia que sus hijos padecen esa condición: “La mamá se lo cree, lo llevan donde alguien que lo diagnostica mal y llega el chiquito ritalinado, calmadito, con una baba de medio lado a recibir clases”.

Por su parte, Angulo también ha recibido pacientes que creen que tienen déficit atencional, que, en realidad, es originado por el uso de los celulares y otros dispositivos.

“Me han llegado muchas personas adultas, que ahora estos trabajos de estar todo el día conectados a las pantallas y, además, tener la adicción al teléfono celular y querer ser productivos, entonces vienen a mi consulta pidiéndome pastillas para el déficit de atención y nunca lo han tenido”, comentó el psiquiatra.

Una vez diagnosticados correctamente y descartado el déficit atencional, el tratamiento no requiere medicar a los pacientes para que mejoren su capacidad de concentración.

Para Piedra, por ejemplo, lo que se debe hacer es eliminar “el estímulo que está generando el exceso de atención diferida” y luego tener “disciplina hacia los procesos de atención”, como analizar una pintura, contemplar un atardecer o escuchar cuidadosamente una canción.

Angulo agregó que las personas también mejoran cuando tienen más horas de sueño, se alimentan mejor, hacen ejercicio o practican meditación, entre otros.

“Usted podría darle anfetaminas, Ritalina, a una persona sana para que se concentre mejor, pero es que no se justifican los efectos adversos. Lo mejor sería intentar atacar la situación de cuál es la raíz y así podemos de verdad ayudarle al paciente”, señaló el especialista.

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