Por Adrián Z Rivero |17 de octubre de 2023, 16:40 PM

El sábado 7 de octubre, Israel despertó al son de sus alarmas nacionales, activadas por el lanzamiento de miles de misiles por parte del grupo terrorista palestino Hamás, desde la franja de Gaza.

Aproximadamente a las 6:30 a. m., había comenzado uno de los episodios más oscuros de los enfrentamientos entre Hamás e Israel. Al mismo tiempo, militantes de la organización terrorista se infiltraron por la frontera sur del territorio israelí, tras lo cual asesinaron y secuestraron a cientos de civiles.

En el décimo día de enfrentamientos, los reportes internacionales indican que más 1.400 israelíes han fallecido por los ataques de Hamás, mientras 3.000 gazatíes han perdido la vida debido a las ofensivas de Israel.

Para el momento de los primeros ataques, en el país de Medio Oriente se encontraban cientos de costarricenses, desde excursionistas y estudiantes, hasta residentes permanentes que poseen también la nacionalidad israelí. 

Teletica.com ha conversado con muchos de ellos y ha contado sus impactantes historias, que más se asemejan a relatos de terror.

Esa mañana, un grupo de turistas ticos recorría el Monte de los Olivos, uno de los lugares más sagrados para el cristianismo, cuando estallaron las alarmas que alertaban la llegada de proyectiles.

“Nosotros estábamos tranquilos, lo que más nos asustó fue escuchar las detonaciones, porque nunca habíamos vivido nada como eso”, dijo a este medio Lauren Campos, una de las integrantes del grupo.

Inicialmente, la situación no parecía de mayor importancia, pues en Israel son constantes este tipo de ataques, los cuales no suelen causar muchos daños porque los proyectiles se interceptan con el Domo de Hierro, el sistema de defensa israelí.

El recorrido turístico incluso continuó hasta que las autoridades ordenaron que los costarricenses retornaran a su hotel. Tras esto, Campos señaló que solo querían regresar a Costa Rica: “Aquí cualquier cosa puede pasar, estamos tratando de adelantar nuestra salida del país”.

​La primera noche desde que iniciaron los ataques fue, seguramente, una de las más crueles para quienes se encontraban en la zona, ya que la situación todavía no estaba clara y se dibujaba un panorama de incertidumbre sobre si el amanecer pudiese traer consigo mayores tragedias.

Arrullada por las explosiones de las bombas, la costarricense Isabel Martínez pasó en vigilia esas horas de oscuridad, refugiada en un búnker y suplicando por las oraciones de sus compatriotas.

​Esas funestas historias se empequeñecen al conocer lo vivido por dos hermanas costarricenses, Sara y Ana, quienes estuvieron 14 horas encerradas en un búnker, ocultándose de terroristas que lograron entrar en su kibutz (asentamiento comunal israelí), llamado Nir Yitzhak, donde viven desde hace dos años.

“Cada segundo que pasaba era una incertidumbre de si iban a entrar terroristas a mi casa para secuestrarme o asesinarme. Durante las 14 horas que estuvimos encerrados, escuchamos sonidos de explosiones, algunas cerca y algunas más lejos; cada una de esas nos quitaba un poco la esperanza de poder seguir con vida”, narró Sara a Teletica.com.

Las hermanas lograron ponerse a salvo, pero varias personas de su kibutz fueron secuestradas o asesinadas. En la casa de su familia adoptiva, los terroristas intentaron forzar la entrada al búnker, sin éxito.

​Otra tica, Shunit Rosenkrantz, relató como despertó abruptamente ese 7 de octubre, consciente de que tenía solo 90 segundos para salvar su vida y la de sus seres queridos, el tiempo que los misiles tardan en llegar después de sonar las alarmas.

Rosenkrantz, que habita desde hace cinco años cerca de Tel Aviv, contó como un proyectil cayó justo al lado de su edificio, generando un estruendo estremecedor que le hizo sentir que se escapaba su vida: “El sonido de ese misil rompiendo la calle; nos volvimos a ver a los ojos como 'bueno, puede ser que esto se terminó aquí'”.

​Y un estudiante costarricense, Mark Wien, quien vive desde hace dos años en Israel, dijo a Teletica.com cómo las imágenes que ha atestiguado han dejado una marca en su vida.

“He visto cosas que hubiese preferido no ver. Es lo que vivimos, la verdad que muy triste [...] Ver lo que está pasando, los videos y las imágenes que he visto no se me van a salir de la cabeza nunca”, manifestó Wien a este medio.

En medio del mar Mediterráneo, por el norte de Israel, la tica Sharon Schwartz estuvo detenida durante seis horas, con la incertidumbre de si llegaría a tocar tierra otra vez.

La embarcación se trasladaba con unas 2.000 personas a bordo, cerca del Líbano, donde se encuentra el grupo terrorista Hezbolá.

“Hezbolá dijo que si Israel se defiende y entra a Gaza, ellos van a empezar a atacar también. Como están al lado del Líbano, nosotros éramos un objetivo fácil, más que es un barco israelí”, narró Schwartz, de 36 años.

​En medio de todo, Yoav Lang, un inversionista costarricense que vive desde hace casi una década en Israel, señaló que “las cosas ya no van a ser como han sido hasta ahora”, pues esta terrible ofensiva sorpresa por parte de Hamás revivió traumas de antiguos capítulos de violencia entre israelíes y palestinos.

El empresario mandó un mensaje de paz, la cual, afirma, es el deseo de una gran cantidad de personas de ambas naciones.

“No hay nada que deseemos más que poder convivir en paz con los palestinos, pienso que es un sueño que todos tenemos. Qué mejor realidad que poder interactuar, convivir, compartir con los vecinos de uno. Lo digo desde el punto de vista micro, en tu propia casa, y también desde el macro, un punto de vista estatal y político”, afirmó el nacional en una transmisión en vivo de Teletica.com.

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