Costa Rica y su papel en la política internacional de los océanos
Es de celebrar que Costa Rica se convirtiera en el segundo país en firmar el Acuerdo marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional.
Dr. Alexander López / Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica.
Para el ejercicio de la política exterior ambiental costarricense es de celebrar que Costa Rica se convirtiera en el segundo país en firmar el Acuerdo marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, esto en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas en su edición 78. Lo anterior de alguna manera vuelve a colocar a Costa Rica al frente o liderando un tema prioritario de la agenda ambiental internacional.
El objetivo principal del acuerdo establecido en el artículo dos, es el asegurar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, en el presente y a largo plazo, mediante la implementación efectiva de las disposiciones pertinentes de la Convención y una mayor cooperación y coordinación internacionales. Asimismo, se debe recalcar que su ámbito de aplicación son las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, conocidas como “alta mar”.
El acuerdo se sustenta en una serie de principios centrales del derecho internacional público en materia ambiental, como lo son: a) Principio de que quien contamina paga, b) el de patrimonio común de la humanidad, d) el de equidad y la distribución justa y equitativa de los beneficios, e) el principio precautorio, d) y un enfoque integrado de la gestión del océano, entre otros.
Tres puntos centrales destacan del acuerdo:
Se crea un marco para la distribución justa y equitativa de los posibles beneficios derivados de las actividades relacionadas con los recursos genéticos marinos.
Permitirá establecer mecanismos de gestión (explotación) por zonas, como las áreas marinas protegidas, a fin de conservar y administrar de forma sostenible las especies y los hábitats de alta mar.
Garantizará la evaluación y el examen del impacto medioambiental de las actividades realizadas en zonas fuera de las jurisdicciones nacionales.
¿Cuál ha sido la posición de Costa Rica?
Costa Rica posee una extensión territorial marina de 577,731 km², una extensión 11 veces mayor a la de su territorio continental (51,100 km²), con una línea costera que abarca 1,016 km en la vertiente del Pacífico y 212 km en la del Caribe. Dado su pequeño tamaño y el vínculo entre las regiones terrestres y marinas, en este sentido todo el país puede considerarse un sistema costero.
Esta dimensión espacial hace del océano un recurso muy valioso que debe servir de impulso para que el país asuma un liderazgo todavía más fuerte en esta materia. Ciertamente, el país en lo concerniente al denominado Tratado de Alta Mar ha demostrado interés y compromiso desde el inicio para alcanzar un texto sólido.
La posición oficial actual de Costa Rica desde el Ministerio de Relaciones Exteriores resalta que: “Nuestro deber ético con las futuras generaciones y con nuestro planeta es de asegurar la ratificación de este instrumento en el más corto plazo… Costa Rica impulsará una meta común para que las primeras 60 ratificaciones necesarias para la entrada en vigor se hayan depositado para junio del 2024”.
Es conocida la importancia de los océanos para Costa Rica, al poseer, dentro del esquema de protección, el Parque Nacional Isla del Coco y el Área Marina de Manejo del Bicentenario, así como otros esfuerzos como el proceso hacia la conformación de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Marina junto con Ecuador, Colombia y Panamá como parte del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), y la incorporación a la Coalición América por la Protección del Océano.
Es importante de resaltar la postura nacional con respecto a la minería en alta mar, presentando total apoyo a la implementación de un Código de Minería.
Al respecto se señala lo siguiente desde el Ministerio de Relaciones Exteriores:
“La activa participación del país en las negociaciones internacionales del Código de Minería, el acuerdo para la protección de la biodiversidad en alta mar y del nuevo acuerdo sobre contaminación por plástico, incluido el medio marino".
El enfoque de aproximación que tenga Costa Rica sobre el tema de gobernanza de los océanos debe, por tanto, estar centrado en asumir un liderazgo innovador y prospectivo en lo que se denomina la economía azul; que no solo cubre los sectores tradicionales de pesquerías, extracción de gas y petróleo, y el desarrollo del turismo; sino también nuevas industrias como la producción de energía proveniente de los océanos y la biotecnología azul, las cuales en su conjunto representan un gran potencial para el crecimiento económico.
Costa Rica, como país coanfitrión de la próxima Cumbre Mundial de los Océanos a celebrarse en el 2025, tendrá una gran ventana de oportunidad para seguir posicionando un liderazgo en este tema, ciertamente como defensor del sistema multilateral, debe centrar su agenda en tener más y mejor gobernanza de nuestros mares y eso pasa por el diseño de marcos institucionales que permitan tener una gestión de los mismos más eficiente económicamente, más sostenible ambientalmente y más inclusiva socialmente.
Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores corresponden únicamente a sus opiniones y no reflejan las de Teletica.com, su empresa matriz o afiliada.