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"Me tatué la cara para no tener un trabajo normal"
Kayleigh Peach, de 26 años, dice que algunas personas se sienten intimidadas por sus tatuajes en el rostro, pero asegura que dedicarse a tatuar le cambió la vida.
Kayleigh Peach, de 26 años, dice que algunas personas se sienten intimidadas por sus tatuajes en el rostro, pero asegura que dedicarse a tatuar le cambió la vida.