Presencia de más de mil coligalleros en Crucitas se da tras retiro de Policía en finca
La posibilidad de ganarse ₡20.000 o más diarios es más rentable que trabajar en las fincas madereras o ganaderas.
Poco más de mil coligalleros tomaron la finca Vibollet en Cutris de San Carlos.
La masiva presencia de los extractores ilegales de oro obedece a la salida de la Policía de esta finca en donde la empresa Industrias Infinito pretendía ejercer dicha actividad, cuya concesión le fue anulada.
“Uno anda buscando dónde trabajar, ya cuando se escuchan los rumores que hay dónde uno va a pulsearla”, dijo Alexander Matus, colillero nicaragüense.
“Tengo dos meses de estarla pulseando con esta gente, duramente, debajo del agua, aguantando lo que se venga, personas por todo lado informan que podemos trabajar tranquilos”, mencionó Adrián Araya, coligallero de Tibás.
“No le hacemos daño a nadie, solo tenemos el sueño del oro, muchos somos honrados, no le quitamos el sueño a nadie”, agregó Rocío Solano, coligallera de Escazú.
La fiebre del oro es un imán para los coligalleros que día con día llegan por decenas, según los pobladores.
La posibilidad de ganarse ₡20.000 o más diarios es más rentable que trabajar en las fincas madereras o ganaderas.
Ellos aseguran tener permiso de los propietarios de la finca para extraer el oro.
El administrador de la finca explica que tras la salida de la Policía la labor que les corresponde es cuidar de la propiedad, pero, la protección del oro le corresponde al Estado.
“La finca no dio permiso, nosotros tenemos claro que el oro pertenece al Estado y es el Estado que tiene que resguardar, nosotros solo nos enfocamos en guardar y darle seguridad a las instalaciones, les hemos pedido a los oreros ilegales no ingresar a la laguna verde, que está cargada con sedimentos de mercurio”, dijo Greivin Rodríguez, administrador de la finca.
Vecinos y autoridades locales piden al Gobierno una solución pronta, pues temen que, al igual que en el pasado, la presencia masiva y por la libre de coligalleros traiga problemas de inseguridad.
Durante nuestra visita a la zona pudimos constatar que ni en las inmediaciones de la finca ni en el trayecto, hay presencia policial excepto por los puestos tradicionales como en la comunidad de El Concho.