Por Mariana Valladares |31 de marzo de 2024, 8:00 AM

En medio de la pobreza, el 28 de febrero de 1968 nació Sergio Arturo Valverde Esponiza, hoy conocido como el Padre Sergio. Creció en el barrio Cristo Rey, en una casa de madera, junto a sus cuatro hermanos.

Desde su infancia, la adversidad económica lo impulsó a trabajar por sus sueños y costear sus estudios; pero ese llamado sacerdotal continuaba. Por ello, en 1999 se convierte en sacerdote, y un año después fundó la asociación por la que hoy trabaja arduamente: Asociación Obras del Espíritu Santo.

Teletica.com conversó con este religioso, quien contó que desde que era un niño disfrutaba de ayudar al prójimo; sueño que cumplió con su fundación que hoy tiene 24 años de apoyar a la niñez costarricense en situación vulnerable.

Padre, hablemos de sus inicios. ¿Por qué decidió ser sacerdote?

"Desde muy niño sentí ese llamado, yo jugaba de ser sacerdote, jugaba de dar la misa. Fui monaguillo durante varios años en Cristo Rey. Me gustaba ir a misa, y cuando llegaba, me ponía a predicar lo que había dicho el padre, agarraba la sábana de mi papá y mi mamá, me subía a una mesa y según yo, predicaba

"Fui un niño muy feliz pese a la pobreza. Mi mamá lavaba y planchaba en casas ajenas, y mi papá era el guarda del IMAS de acá Cristo Rey. Tuve que sembrar, vender cositas, para salir adelante. Desde pequeñito repartía a las personas de lo que tuviera, lo que vendiera o lo que hiciera. Si conseguía limones, los dividía en bolsitas, y organizaba a la gente para vender; hacía equipos de fútbol. En la escuela y el colegio me decían Padre".

¿Qué lo motivó a crear la Asociación Obras del Espíritu Santo?

"Hay que ayudar a los demás siempre, el que tenga necesidad hay que ayudarlo. Siempre he sentido ese impulso y deseo de ayudar, es algo que me inculcaron mis papás. A veces no teníamos luz, no teníamos agua, a veces no había dinero para pagar el alquiler de la casa. Yo veía esa necesidad y pensaba que en algún momento yo quería hacer algo por familias como la mía, y yo veía mucha necesidad en Cristo Rey. Entonces tenía esa gana de poder ayudar

"Desde niño inventaba cosas para ayudarnos entre todos, y he tenido la bendición de que las personas confían en mí. En la escuela fundé la Cruz Roja, la Cruz Verde, la Cruz Azul (risas)

"La fundación la creé en el 2000, hace 24 años ya; y hemos logrado tanto, me siento tan contento. Eso me motivó”.

Padre Sergio Valverde
Padre Sergio Valverde dando la homilía en una eucaristía. 

¿Cómo fue el inicio de esta fundación?

“Al inicio no todo fue fácil. Y todavía no duermo por trabajar en esto que amo. A veces me acuesto a las 3 a.m. y a las 6 p.m. ya estoy de nuevo de pie. Desde que inicié nunca he tenido vacaciones, pero es hermoso ayudar a los demás

“En el año 2000, Monseñor Hugo Barrantes me pidió que sirviera en Barrio Cristo Rey ya que la Parroquia estaba en proceso de cerrarse por la situación del narcotráfico y violencia. Las condiciones de vida de muchas familias en Cristo Rey eran mala, vivían en extremas condiciones de pobreza, acompañadas de situaciones de alcoholismo, drogas, prostitución, violencia intrafamiliar y otros. Y así inició la Asociación Obras del Espíritu Santo. En el salón de la Iglesia empecé a servir comida a los niños y a sus mamás, visitaba los precarios cercanos de la comunidad y continuaba llevando alimentos a los indigentes de la Zona Roja de San José

"Mi misión es trabajar por los niños. Los primeros que llegaron a nuestro comedor estaban llenos de piojos y garrapatas. La primera noche me robaron todo en el salón en el que yo iba a empezar a dar de comer, pero ese día sentí que Dios me dijo hacia dónde dirigir mi sacerdocio, por los niños, para que ellos no tuvieran que vivir lo que cruelmente les sucedía”.

Obras del Espíritu Santo
Padre Sergio con algunos niños beneficiados por esta fundación. 

¿Cuántos niños y familias se han beneficiado con esta iniciativa suya?

"Es un poco difícil de contar cuantas personas, pero siempre el que necesite aquí se le ayuda. La primera fiesta de Navidad que hicimos hace 24 años, solo participaron 1.000 niños porque era para lo que teníamos dinero y capacidad. Hoy llegan alrededor de 45.000 pequeñitos".

"De forma mensual nosotros vemos unos 200.000 beneficiarios, de los cuales 150.000 son niños, en programas que van desde escuelas, kinder, guarderías, atención médica, psicológica, legal, salud... Eso es lo que hacemos, pero un número exacto no tengo, solo espero que podamos seguir ayudando por años".

“Nosotros llevamos apoyo por vía terrestre, marina y aérea. De hecho tenemos sedes en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Canadá, Cuba y Estados Unidos para aquellos que enfrentan condiciones de pobreza extrema, pobreza y alto riesgo social”.

¿A este punto de su vida, hay algo de lo que se arrepienta?

“No, como humanos cometemos errores, pero sin ellos no estaría donde estoy. Humildemente siempre digo esto, si mil veces naciera, mil veces sacerdote fuera. Vi el hambre, el dolor y a mis padres orando. Desde pequeño soñé con poder predicar mi fe, y el Señor me permitió lograrlo. Por eso, no me arrepiento de nada

“Si a mi me dicen que deje el sacerdocio, Obras del Espíritu Santo, o morir; de una vez les digo: regalame la caja. Esta es mi vida, venga lo que venga, pase lo que pase, así sea arrastrándome, seguiré trabajando en beneficio de otros. Yo soy uno más, vivo en el Albergue de los Niños, y espero seguir con esta misión hasta mi último aliento”.

Ahora que hablamos de errores, y en este marco de Semana Santa, ¿cómo podemos aprender a perdonar, y a perdonarnos?

“Ante todo, más que aprender es desear, entender que todos somos imperfectos y yo soy el primero, todos fallamos. Y si recordamos y tenemos fe, como dice la Biblia, con la vara que midas, serás medido. El mal o el bien que haga se devolverá a mi vida.

“Por eso hay que perdonar, entender que todos nos equivocamos y sembrar en bien. No hay sacrificio que no sea pagado. El perdón es un don maravilloso que se debe desear, de cada día, cada mañana, se debe renovar. Cada vez que nosotros somos misericordiosos, eso viene hacia nosotros. Al perdonar y perdonarnos como seres imperfectos es hermoso, todo mejora”.

¿Qué mensaje de reflexión le dejaría a las personas que lean esta entrevista?

“En este marco maravilloso de la Semana Santa, hoy domingo que se cierra esta semana, yo espero que este tiempo no haya sido en vano para su vida; y si no lo hizo, que ahora reflexione cómo podemos mejorar como personas. A veces olvidamos el montón que Dios nos ama, lo bendecidos que somos, y todo lo que está pasando en el país es reflejo de ello

“Los problemas de violencia que vivimos son nacionales, y la solución debe ser nacional, donde cada uno aporte para esa paz en el país que muchos anhelamos. En este momento es donde más urge la fe. La madre Teresa de Calcuta dijo que nunca urge más encender una vela que cuando hay oscuridad. Creo que este es el momento de esa luz, que esos grandes superhéroes, con amor, siembren esperanza, eduquemos y volvamos a esos valores que nos han querido quitar. Cualquiera que sea su religión, practique el valor del amor hacia usted y a los demás”.

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