Vigilia de oración en Roma de costarricenses por los papas santos
Unos 400 costarricenses conmemoraron este sábado por la noche en Roma con una misa y vigilia de plegarias la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII...
Unos 400 costarricenses conmemoraron este sábado por la noche en Roma con una misa y vigilia de plegarias la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, que se celebrará el domingo en el Vaticano.
La misa, en la iglesia oficial española de Santiago y Monserrat, en el corazón de la Ciudad Eterna, fue concelebrada por tres obispos costarricenses, Rafael Quirós, Francisco Ulloa y el obispo emérito Hugo Barrantes.
Junto al altar aparecía un busto de Juan Pablo II, regalado a la iglesia por la asociación "Santo súbito" (Santo ya), que impulsó la canonización de Juan Pablo II desde que falleció en el 2005.
En las primeras filas estaba el embajador de Costa Rica ante al Santa Sede, Fernando Sánchez, y Floribeth Mora, la mujer cuya curación inexplicable atribuida a Juan Pablo II fue reconocida como el segundo milagro necesario para que la canonización fuera posible.
"Para Costa Rica ha sido una fiesta nacional desde que empezó el rumor de que Juan Pablo II había cumplido un milagro. El pueblo está de fiesta ahora más que nunca", contó a la AFP el embajador Sánchez.
" Y hoy, además de este milagro que porta al único papa que ha visitado Costa Rica a los altares por medio de una costarricense, vivimos otro gran milagro que fue la entronización de la Vírgen de los Ángeles, patrona de Costa Rica, en la Iglesia de Santa Ana, dentro del Vaticano. Estamos orgullosos de poder participar de todos estos hechos como testigos de excepción", subrayó.
Para Marta Eugenia Rodríguez Fernández, una de las costarricenses presentes en la misa, la gente joven de su país "ha casi olvidado a Juan XXIII".
Pero "Juan Pablo II está muy , muy vivo", dijo.
"También vine a Roma con mucha ilusión por el papa Francisco, que se ha ganado el corazón de los costarricenses y, creo, de todo el mundo", agregó.
Vilma Muñoz contó que una prima suya también había recibido una gracia de Juan Pablo II. "Después de varios estudios, le diagnosticaron un cáncer pero después los médicos dijeron que el tumor había desaparecido. Desde ese día nosotros hablamos de San Juan Pablo II".