Por Mariana Valladares |18 de agosto de 2024, 16:10 PM

En lo que va del año, al menos tres abogados han sido asesinados a balazos.

El primer caso ocurrió el 27 de febrero en La Unión de Cartago, cuando dos sicarios en una motocicleta interceptaron al exjuez y abogado penalista Luis Diego Ulloa Rodríguez.

Ulloa, de 43 años, fue atacado cuando viajaba en su carro por la localidad de Dulce Nombre, a eso de las 12:37 p. m.

“Esta persona ingresó a laborar al Poder Judicial el 17 de enero de 2005, en una plaza de técnico judicial en el Ministerio Público. El último nombramiento que registra fue el 30 de octubre de 2021, como juez penal en el Juzgado Penal de La Unión, provincia de Cartago. Esta persona renunció al Poder Judicial. Ambos son datos de los registros de la Dirección de Gestión Humana”, detalló el Poder Judicial en esa ocasión.

Solo un día después, a las 8:23 a. m., en Nicoya, Guanacaste, asesinaron a balazos a un abogado de 43 años. El principal sospechoso del crimen fue un hombre de 80 años, cliente del litigante.

“Aparentemente, el sospechoso estaba molesto por un trabajo que el abogado estaba realizando, así que habría optado por accionar el arma, quitándole la vida en el lugar”, manifestó Elder Monge, de Fuerza Pública.

Ese mismo día, la Policía detuvo al adulto mayor. Este abogado fue identificado con el apellido Quirós, quien murió producto de al menos seis disparos en el pecho, abdomen y axila.

El tercer caso ocurrió este viernes por la tarde. La víctima fue el abogado de Tony Peña Russell, sospechoso de liderar un grupo de sicarios en Limón.

El hombre fue asesinado por al menos tres gatilleros, quienes, como se observa en un video, ingresaron a la vivienda donde se encontraba la víctima, identificada como Jorge Ramírez. El sujeto fue agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y ejercía como abogado desde el 2018.

En dos de los tres casos registrados, los abogados eran defensores de bandas criminales. 

Gerardo Castaing, experto en seguridad y exjerarca policial, en una conversación con Teletica.com, recomendó a los abogados evitar, hasta donde sea posible, defender a personas sospechosas de narcotráfico.

​"Las profesiones cambian, las leyes del país también y es entendible que, por dinero, los abogados tomen estos casos; pero ponen en riesgo su vida y la de sus seres queridos.

"Este caso del abogado que asesinaron en Limón, como decía, no es aislado. Aunque la forma en que lo mataron fue violenta, estas bandas poco a poco van a ir perfeccionando su modus operandi. Cortar la dinámica estructural del crimen es complejo, pero hay que hacerlo", finalizó el experto.

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