Mujeres se gradúan más, pero se emplean menos
Aunque Costa Rica sigue siendo ejemplo mundial en acceso a la educación, la desigualdad laboral se mantiene como una importante barrera de género.
Pese a que en Costa Rica son más mujeres que hombres las que concluyen con éxito los estudios universitarios, la desigualdad laboral se mantiene como una importante barrera de género en el país.
Así lo refleja el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en su especial anual con motivo del Día Internacional de la Mujer, que recoge algunos de los principales indicadores sobre el avance, o retroceso, que el país tiene en esta materia.
Según el INEC, para 2021, un 63,3% de los graduados de diplomados, profesorados o bachilleratos fueron mujeres, contra un 36,7% de hombres. En una proporción muy similar se presentan las licenciaturas y las especialidades, con un 63,9% de mujeres contra un 36,1% de hombres.
La ventaja femenina se extiende también a las maestrías (55,3% - 44,7%) y solo se pierden en los doctorados, donde un 66,2% son hombres y 33,8% mujeres.
Sin embargo, esta estadística no se traslada al campo laboral. El promedio anual de los años 2021 y 2022 de la Encuesta Continua de Empleo arroja una tasa de ocupación de apenas 40,4% para las mujeres, con una tasa de desempleo de 16,4% y un porcentaje de empleo informal del 44,3%.
Eso significa que en el país el desempleo sigue teniendo rostro femenino, pues la tasa de ocupación masculina se estimó en 64,6% y el desempleo en 10,4%.
Un mar de retos
En su especial, el INEC también destaca que un 10,8% de las 2.588.385 mujeres que viven en Costa Rica no tienen seguro, mientras que el 65,9% de aquellas mayores de 60 años no tienen acceso a una pensión de carácter contributivo.
El instituto hace un llamado vehemente a fortalecer las condiciones sociales de las mujeres, señalando aspectos urgentes, como que un 26,6% de los hogares con jefaturas femeninas viven en pobreza. Peor aún, de ese porcentaje, un 8,3% está catalogado como pobreza extrema, es decir, que no gozan ni de las condiciones mínimas para vivir.
Pero no todo es malo: el estudio destaca una mejora en la participación femenina en la política y la paridad, con un 47,4% de estas en puestos de diputaciones y un 54,6% en jerarcas de ministerios.
A nivel presidencias de instituciones autónomas, las mujeres se quedan con un 41%.