Por María Jesús Prada |4 de mayo de 2023, 9:29 AM

Hoy hace 113 años, el miércoles 4 de mayo de 1910 pasó a convertirse en una de las fechas más devastadoras en la historia costarricense.

El reloj marcaba las 6:47 p.m. cuando la tierra empezó a moverse inclementemente a raíz de un terremoto de magnitud 6,4 en la región de Cartago y sus alrededores.

Bastaron 16 segundos para que la Vieja Metrópoli quedara en las ruinas y se convirtiera en el escenario del desastre natural más mortífero en la historia de nuestro país, que pasó a ser recordado como el terremoto de Santa Mónica.

El evento se sintió en casi todo el territorio nacional, en lugares como Limón, Nicoya, Liberia, Heredia y San José.

El movimiento telúrico sorprendió a los habitantes de Cartago, Paraíso y alrededores; muchos de ellos murieron sepultados dentro de sus viviendas.

Aunque hasta ahora no se ha podido confirmar una cifra exacta de fallecidos, historiadores calculan que al menos 700 personas murieron aquel día. La principal hipótesis para explicar la falta de datos oficiales apunta a que muchas personas fueron enterradas inmediatamente después del evento para evitar la proliferación de pestes. 

Sin embargo, se sabe que grandes grupos de ciudadanos heridos fueron trasladados en trenes hasta San José para recibir atención hospitalaria.

Una calle en Cartago, un joven que contempla los cadáveres de su padre y dos hermanos
En una calle en Cartago, un joven contempla los cadáveres de su padre y dos hermanos.

No quedó una sola casa en pie, y aquellas estructuras que a duras penas se mantenían erguidas fueron declaradas como inhabitables. 

El movimiento fue tan fuerte que abrió los nichos del Cementerio General de Cartago, dejando al descubierto los huesos y los cadáveres de las personas que habían sido enterradas ahí. 

Palacio de la Corte de Justicia Centroamericana
Palacio de la Corte de Justicia Centroamericana.

Muchos edificios públicos fueron dinamitados días más tarde, para evitar que colapsaran a raíz de los daños estructurales.

La Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles quedó severamente dañada, y se reconstruyó años más tarde partiendo de un diseño antisísmico.

Iglesia de Nuestra Señora de los Angeles
Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.

En aquel entonces, la Antigua Metrópolis reconstruía el gran templo de la Parroquia de Santiago Apóstol, que había sido devastado por el terremoto de 1841 y que, después del terremoto de 1910, no se volvió a restaurar y pasó a convertirse en una de las estructuras más emblemáticas de la ciudad, pero con un nuevo nombre: las Ruinas de Cartago.

El origen y la antesala

El origen del sismo fue la Falla Aguacaliente, que se extiende desde Escazú y hasta Santa Cruz de Turrialba, según detalla una publicación de la Universidad de Costa Rica (UCR). A esta misma falla se le atribuyen otros sismos importantes, tales como el del 21 de marzo de 1842 (conocido como el Terremoto de Alajuelita) de magnitud 5,8, y los terremotos del 13 de abril de 1910 (de magnitudes entre 5,0 y 5,2).

Precisamente los últimos dos mencionados ocurrieron poco menos de un mes antes del gran terremoto que hoy recordamos, el cual no respondió a un evento aislado, sino que formó parte de un periodo de actividad sísmica sin precedentes. Durante ese tiempo, los sismos despertaron los temores de la población, e incluso dejaron daños considerables en las antiguas casas de adobe. De hecho, archivos históricos de aquella época señalan que los vecinos dormían en los patios de sus casas por temor a que hubiera otro movimiento telúrico.

Una de las principales calles de la ciudad
Las estructuras de una de las principales calles de la ciudad no sobrevivieron al movimiento sísmico.

El inicio de un nuevo periodo en las técnicas de construcción en Costa Rica

En aquel entonces, Costa Rica no contaba con una normativa de construcción antisísmica, (de hecho, no se implementó hasta el año 1970) un elemento que propició los grandes destrozos de infraestructura que dejó el terremoto del 4 de mayo.

El impacto estructural que tuvo motivó al gobierno de aquel entonces, encabezado por el presidente Cleto González Víquez, a implementar un nuevo código sísmico, prohibiendo la construcción de casas y edificios con materiales de adobe y bareque. Algunos historiadores incluso lo catalogan como el momento que marcó un nuevo período en las técnicas de construcción en Costa Rica.

Sumado a esto, está el hecho de que la Falla Aguacaliente se caracteriza por tener poca profundidad. Por eso es que la energía liberada por el sismo se manifestó con tanta fuerza en la superficie terrestre, y tuvo un impacto tan fornido en la zona donde estaba el epicentro.

Ruinas del Mercado de Cartago
Ruinas del Mercado de Cartago.

El recuerdo se mantiene vivo

Ya se ha convertido en una tradición recordar los hechos que ocurrieron aquel 4 de mayo. Este año se conmemorará el 113 aniversario del terremoto, algo que ya se ha hecho en años anteriores, en la provincia de Cartago. 

La actividad iniciará a las 5:30 p.m. con una vigilia para recordar a los fallecidos y, a las 6:47 p.m., hora en la que ocurrió, se llevará a cabo un simulacro con sirenas organizado por el Cuerpo de Emergencias.

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