Por Adrián Z Rivero |20 de octubre de 2023, 14:20 PM

Cuando comenzaron los primeros ataques terroristas de Hamás contra Israel el pasado sábado 7 de octubre, el costarricense Ariel Goldgewicht estaba durmiendo en su casa, con su esposa y sus tres hijos, a una hora de la frontera sur del territorio israelí, en la ciudad de Modi'ín.

En el momento en que despertó abruptamente por el escándalo de las alarmas nacionales, tenía menos de 60 segundos para ir, junto con su familia, al búnker donde se resguardan de los proyectiles.

“El problema grave cuando suena la sirena mientras duermes es que, cuando te despiertas, no sabes cuántos segundos lleva la sirena sonando hasta que lograste despertar. […] Son momentos de adrenalina y angustia bastante jodidos”, dijo Goldgewicht a Teletica.com.

El costarricense vive en Israel desde 1997 y actualmente es director ejecutivo del Departamento de Liderazgo Juvenil en la Organización Sionista Mundial (OSM).

Tras el trajín desesperado por llegar al refugio antibombas, el tico relata que una de las cosas prioritarias para él ahora es generar un “ambiente tranquilo” para que sus hijos no queden “traumados para siempre”, si bien la situación es realmente aterradora.

Suenan las alarmas y luego suenan bombazos fortísimos de los misiles cayendo alrededor de donde vivimos o siendo explotados en el aire por el sistema defensivo. Es difícil y es difícil también explicarles a los niños por qué es que nos odian tanto”, agregó el nacional.

Esta fue la primera vez en que Goldgewicht enfrentó una situación de este tipo desde su hogar, pues los últimos 25 años sirvió como oficial en la Unidad de fuerzas especiales élite del Ejército de Israel.

Por lo anterior, indica que, aunque sea complicado de entender, preferiría estar en el campo de batalla: “Es muy difícil la frustración de estar viendo esta guerra por medio de las pantallas y las noticias y no estar ahí presente porque es todo lo que conozco en los últimos 25 años”.

El tico, también relacionista internacional e historiador, recién cumplió los 45 años, justamente el límite de edad para poder servir en el ejército israelí.

El exsoldado transmitió su enorme sentimiento de impotencia, pues quisiera poder ir a salvar a los más de 200 rehenes secuestrados por Hamás, entre los que hay niños: “Yo estoy acá en lugar de ir y hacer algo al respecto y me estoy volviendo loco”, manifestó desconsolado.

Cuando ya pudieron salir del refugio, pasada la primera ronda de lanzamientos de Hamás, la familia pudo obtener más información sobre la situación, aunque en medio de un “desorden total” que luego tomó la forma de una tragedia irreparable, cuando empezaron a difundirse videos de las atrocidades que cometieron cerca de 2.000 terroristas que se infiltraron en Israel.

Todavía peor fue cuando se enteraron de que una de las víctimas había sido un familiar suyo, primo hermano de la esposa del costarricense.

“Un joven de 28 años alegre y súper dulce, uno de los tíos que mis hijos más les encantaba porque siempre tenía chistes que son aptos para niños, estaba en su casa con su esposa y sus dos niños chicos, también estaba ahí su mamá, cuando los terroristas lograron penetrar a su casa. Él lanzó a los niños, a la esposa y a su madre desde el balcón al techo de la vecina. En el vídeo de seguridad de la vecina se ve él sacando a sus hijos por la ventana y, al final, ya estaba saliendo, pero los terroristas lo alcanzaron y le pegaron un balazo en la cabeza y cayó el cuerpo al lado de sus hijos; luego incendiaron la casa”, fue como Goldgewicht detalló el terrible suceso.

Cada noche, los hijos del exmilitar, que tienen entre 10 y 13 años, pasan las noches en bolsas para dormir dentro del refugio antibombas, que se encuentra en su mismo apartamento, pero tiene paredes mucho más fuertes, además de puertas y cortinas de acero. La familia tampoco sale de su hogar a lugares a más de un minuto de distancia.

Para el nacional, lo sucedido desde el pasado 7 de octubre es “el daño más bárbaro e inhumano” que la comunidad judía ha vivido en la historia moderna desde la Segunda Guerra Mundial, pero agregó que “ni siquiera en el Holocausto había personas gozando tanto del sufrimiento de otros”.

“Hay un video en el que ellos tienen a dos niños de 7 años, los amarran uno al otro, a uno le cortan la cabeza y al otro lo hacen correr arrastrando el cuerpo de su hermano sin cabeza y se burlan del niño que le cuesta correr arrastrando a su hermano decapitado”, ejemplificó el tico.

Ahora, trece días después del estallido del conflicto, siguen apareciendo terroristas escondidos en territorio israelí, lo que aumenta el temor de que se logren continuar sus ataques en otras zonas del país de Medio Oriente.

“Puede ser que estén ahora en cualquier sitio de construcción, en cualquier edificio abandonado. No tenemos idea y eso es una de las cosas que más miedo nos da. Sabemos que ellos muchos entraron con planes a largo plazo, puede ser que entraran con comida y con habilidades para ir directamente a Jerusalén, o a Tel Aviv o al norte, no sabemos”, agregó el ejecutivo de la OSM.

Con todo, Goldgewicht aclaró que los palestinos también son víctimas inocentes de Hamás: “Ellos no son mis enemigos; yo no tengo un problema natural con una persona de nacionalidad palestina. Son personas comunes y corrientes, civiles que se levantan todos los días y van a trabajar. Ellos no son mis enemigos, mis enemigos son las personas que quieren matarme, que entran por la frontera con armas, explotan y van y buscan matar a personas”.

Desde la perspectiva del costarricense, el ataque terrorista tenía como objetivo frustrar el acuerdo de normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudita, ahora en suspenso, valiéndose de la vida de miles de israelíes y palestinos y que podría desencadenar en un conflicto mayor, a la expectativa de cómo se involucren otros países: “Puede ser que sea el comienzo de la tercera guerra mundial”, concluyó.

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