Policías afganos condenados a cárcel por no impedir el linchamiento de una mujer
Once policías afganos han sido condenados este martes a un año de cárcel por no proteger a una mujer que fue linchada por una turba tras ser acusada en falso de quemar un ejemplar del Corán.
Once policías afganos han sido condenados este martes a un año de cárcel por no proteger a una mujer que fue linchada por una turba tras ser acusada en falso de quemar un ejemplar del Corán.
El tribunal de primera instancia de Kabul condenó por "negligencia" en el cumplimiento de su deber a 11 policías, cinco de ellos oficiales, por no impedir el asesinato de Farkhunda, de 27 años, el 19 de marzo. "Están sentenciados por negligencia en el cumplimiento de su deber a un año de prisión", dijo el juez Safiulá Mojadidi a 11 de los acusados, mientras absolvía a otros ocho. Todos los condenados pueden apelar la sentencia, indicó.
A principios de mayo, el mismo tribunal condenó a muerte a cuatro hombres por el mismo caso, a ocho personas más, a 16 años de cárcel, y absolvió a 18.
La rapidez del juicio ha levantado elogios, pero también cierta inquietud respecto a su equidad. La ONG Human Rights Watch se mostró "muy preocupada" por el procedimiento, indicando que muchos de los acusados parecían no tener abogados.
"Este juicio deja la impresión de que el Gobierno afgano quería un proceso rápido y sucio para sacar el caso de los titulares y pasar página, antes que lograr una verdadera justicia y examinar realmente cómo pudo ocurrir un ataque tan terrible", afirmó Heather Barr, investigadora del grupo experta en derechos de las mujeres en Asia.
Farkhunda fue asesinada a golpes, quemada y arrojada a un río de Kabul por una turba enfurecida que la acusaba de haber prendido fuego al libro santo del islam.
Las imágenes del linchamiento, que dieron la vuelta al mundo a través de las redes sociales, mostraban a los hombres ensañándose con la mujer mientras los policías asistían impertérritos a la escena. En total, 49 personas (30 civiles y 19 policías) fueron detenidas.
La investigación reveló que Farkhunda no había quemado ningún ejemplar del Corán, sino que había denunciado las actividades de un vendedor de amuletos que ella consideraba contrarios al islam. Ofuscado, el vendedor la acusó de blasfemia, provocando la ira del gentío, que terminó linchando a la mujer.
El linchamiento, que provocó numerosas manifestaciones de protesta en Afganistán, fue condenado por el presidente, Ashraf Ghani y también por los talibanes del molá Omar.
El caso de Farkhunda se convirtió en un símbolo de la violencia endémica contra la mujer en Afganistán, pese a las reformas llevadas a cabo tras la caída del régimen talibán en 2001.
Un reciente informe de Naciones Unidas urgió a las autoridades afganas a fortalecer el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de la violencia. Muchos de los casos de violencia contra las mujeres en Afganistán se resuelven a través de la mediación, evidenciando las deficiencias del sistema de justicia criminal del país, que también tiene graves problemas de corrupción y abuso de poder, según ese informe.