Por María Jesús Prada |26 de noviembre de 2023, 8:00 AM

En un giro trascendental para el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), la entidad anunció la semana pasada que asignaba a la primera mujer en su historia como presidenta ejecutiva. Se trata de la costarricense Gisela Sánchez, quien tiene una destacada trayectoria en el ámbito financiero y, avalada en su puesto por el gobierno de Costa Rica, se presenta como una figura clave para impulsar una serie de cambios pendientes que tiene la entidad y que se han señalado especialmente en los últimos meses.

Ahora que asume este nuevo rol, las expectativas están puestas en su capacidad para resolver los pendientes, mejorar la transparencia en las gestiones de la institución y fortalecer la cooperación entre los países miembros del BCIE.

Sánchez conversó con Teletica.com sobre cómo recibe la noticia, cómo se prepara para el nuevo reto que asumirá a partir del primero de diciembre próximo y cuáles son las prioridades en su lista de deberes una vez asuma la presidencia ejecutiva de la principal institución financiera de nuestra región, dedicada a promover el desarrollo económico y social en los países centroamericanos mediante la ejecución de iniciativas que abarcan desde la infraestructura y hasta los programas sociales.

Usted es la primera mujer que asume la presidencia ejecutiva del BCIE en sus 63 años de historia. Para usted, ¿qué representa esta decisión?

Creo que es un mensaje muy positivo en temas de promover la equidad de género, pero también una gran responsabilidad, en mi caso, de hacer un buen trabajo para abrir más oportunidades para que otras mujeres ocupen posiciones de liderazgo.

Yo soy una fiel convencida de que las mujeres necesitamos tres cosas para poder brillar. La primera, la oportunidad que ya sea un hombre u otra mujer, nos dé esa posibilidad de ocupar una posición. La segunda es flexibilidad, porque las mujeres tenemos que jugar el rol profesional, pero tampoco queremos y no hay por qué renunciar al rol personal, al rol de compañera, de madre y de cuidadora.

La tercera, y diría la más importante, yo que ya voy a cumplir 50 años en muy pocos meses, es saber que es, desde la esencia femenina, donde nosotras realmente podemos hacer un gran trabajo.

¿A qué se refiere cuando dice “esencia femenina”?

Si usted me devuelve a mí hace 20 años, yo en cierta forma trataba de imitar a los hombres y su estilo de liderazgo, porque ellos eran los que estaban en la mesa gerencial. Entonces uno llegaba ahí y veía cómo se comportaban los demás. Ahora me he dado cuenta que eso es un grave error, que solo desde mi esencia femenina, desde la parte que yo puedo dominar de mis competencias técnicas, pero sobre todo de lo que las mujeres nos hace diferentes y complementarias a los hombres, es de donde podemos ser exitosos.

Este nuevo puesto supone un traslado de domicilio para usted. ¿Cómo lo baraja tomando en cuenta la faceta familiar?

Me voy para Tegucigalpa el 29 de noviembre, la próxima semana. Le diría sinceramente que, además de asumir esta posición con mucha responsabilidad, que tiene grandes retos, lo más difícil ya a título personal, es lo que significa para mi familia. Mi esposo tiene un trabajo extraordinario aquí en Costa Rica. No le voy a decir que lo deje para seguirme, entonces él se va a quedar acá. 

Mi hijo menor, que es el único que vive en Costa Rica conmigo, está terminando el colegio en último año, entonces quiere terminar con sus compañeros y tampoco se va a mudar. Me voy a mudar yo sola y esperando venir todos los fines de semana, si puedo, a Costa Rica para estar con mi familia. Eso ha sido lo más difícil para mí de haber asumido esta posición.

Algo que destaca su nombramiento es que lleva el resplado del Gobierno, cosa que en otros casos no ha ocurrido. ¿Cómo fue ese acercamiento?

Cuando se me planteó la idea, era la segunda vez que yo veía al presidente Chaves. La primera vez fue en Davos, que yo fui a recibir un reconocimiento del Foro Económico Mundial y él, como yo, estaba presente. Yo era la única costarricense, nos reunimos diez minutos exactamente, ni 11 ni 12, solo diez, durante los cuales me felicitó por haber recibido el reconocimiento.

Creo que esto demuestra y realmente es digno reconocer de parte del gobierno porque no buscaron a alguien de sus deseos ni cercano.

Entonces, en esta segunda ocasión, recibí una llamada de Casa Presidencial convocándome a una pequeña reunión y no tenía la menor idea de que era el tema, honestamente imaginé que era de mi trabajo en ese momento. Y me topo con esa sorpresa que me dijeron “Mire, hay un concurso y nos encantaría que participe”, porque al final ellos me podían respaldar.

Entonces me lo plantearon y para mí fue una sorpresa que me lo que lo hayan traído al radar, porque yo ni siquiera lo tenía en el radar, pero, conversando con mi esposo, determinamos que era una buena oportunidad. ¿No se pierde nada tratando, verdad?

Y así fue como literalmente envié un email con mi CV. Eso fue.

Claro, porque usted nunca ha tenido una función pública ni ha estado vinculada al gobierno en su carrera…

Claro, yo agradecí ese voto de confianza por mi perfil y por mi trayectoria profesional, y no porque realmente tenga ningún favor que darme a mí, porque no, no, nunca he militado en ningún partido, no solo en el gobierno actual, sino en ninguno.

Me llena de esperanza saber que fui elegida por méritos, por capacidad, y respaldada por eso.

En las últimas semanas, se han acrecentado los cuestionamientos que señalan que el BCIE ha mostrado cierta inclinación política para con ciertos países, como Nicaragua, por ejemplo. ¿Usted qué opina al respecto?

Efectivamente, en las últimas semanas ha habido reportajes importantes de distintas entidades y además de la Escuela de Periodismo de Columbia. En ese sentido, y lo que le puedo decir, y con total transparencia, es que mi responsabilidad número uno y mi compromiso número uno es con la transparencia y la ética.

Entonces voy a llegar el 1 de diciembre y mi primera tarea es revisar y entender cómo es que se estaban haciendo las cosas, pero más importante aún es, con base en lo que se hacía antes, cómo se puede hacer mejor. Mi plan es fortalecer controles, fortalecer gobernanza, cumplimiento, todo lo que tiene que ver con rendición de cuentas y con control de cómo se utilizan los recursos, incluyendo los créditos que se otorgan.

Uno no puede tapar el sol con un dedo y yo creo que, siendo muy honesta, hay una gran oportunidad de fortalecer controles y de rendir cuentas, porque al final tenemos 15 países miembros del BCIE y tenemos que rendir cuentas de la forma en la que se utilizan los recursos.

Esta es una institución financiera y por ende tiene que trabajar con criterio técnico y no con criterio político. Entonces mi principal compromiso, y se lo digo con toda transparencia, es con la ética y con hacer las cosas bien. Creo que hay muchas oportunidades de mejora, de fortalecer controles y ese va a ser mi reto número uno.

Y además me emociona muchísimo porque creo que el banco ha sido lastimado en los últimos tiempos y es una institución de 63 años que hay que cuidar y hay que ver cómo mejorar.

Tenemos que demostrar con hechos y con hechos contundentes que el banco se va a transformar, que se va a fortalecer, que va a ser riguroso técnicamente.

El BCIE tiene la tradición de otorgarle un bono a los nuevos Gobiernos, pero no hay una obligación de que dichos gobiernos indiquen en qué se utilizaron esos fondos. Hubo muchos cuestionamientos en el gobierno de Luis Guillermo Solís por la forma en la que se utilizaron y se ha señalado esta situación como uno de los grandes pendientes de la institución. ¿Usted qué opina al respecto?

Yo creo que es un tema que hay que revisar. O sea, hay que entender por qué está como está, cómo se controla el dinero, cómo se utiliza. Obviamente, yo no he formado parte de las decisiones de lo que se ha hecho hacia atrás, pero sí quisiera entender muchísimo mejor cuál es el fin que tiene y cómo apoya a los países, sobre todo, que yo creo que es lo más importante.

El secreto está en cómo garantizar el buen uso de los recursos, porque al final son recursos del banco por los que tenemos que rendir cuentas. Entonces, sin duda alguna, es algo que hay que visitar.

Tenemos que fortalecer controles y dar seguimiento al buen uso de los fondos, yo creo que es una función y específicamente en mi caso, desde que estaba en el proceso de denominación y durante todas las entrevistas, siempre fui muy contundente en que el banco requiere ser más eficiente y fortalecerse en términos de cumplimiento y rendición de cuentas.

Pero en resumen, y para ser muy clara y transparente, yo creo que hay que revisitar la cartera actual, ver cómo la podemos fortalecer y, en general, las políticas que tiene el banco o las decisiones que se han tomado. Y hay que analizar por qué y si es conveniente continuar haciendo las cosas de la misma forma, o quizás lo mejor sea cambiarlas.

En ese sentido, tengo muchísima convicción de que hay que fortalecer controles, de que el criterio técnico debe ser la gran piedra angular, el pilar de la toma de decisiones del banco. Y así es como espero que se hagan las cosas de ahora en adelante.

¿Hay alguna otra meta que tenga pendiente?

Tengo una meta de procurar que en nuestra página web la información esté disponible y sea fácil y transparente. Ahora hay una política de respuesta a los medios que es de dos meses y para mí eso no tiene sentido.

O sea, nosotros tenemos que dar respuesta a los medios cuando haya consultas, ojalá el mismo día, a más tardar al siguiente. Obviamente, depende de qué se pida, puede que la información tarde un poco más en prepararse, pero creo que la actitud —que yo creo que lo más importante es una actitud y un compromiso hacia adelante con la transparencia—, es procurar a tener una buena relación con todos nuestros públicos de interés, incluyendo a los medios, que son fundamentales.

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