Geovanny Escalante: el saxofonista tico que rompió un récord mundial
El 2 de setiembre de 1998, este músico costarricense rompió un récord mundial tras convertirse en el único saxofonista del mundo en sostener la nota más larga registrada en la historia.
El 2 de setiembre de 1998, un músico costarricense rompió un récord mundial y se convirtió en el único saxofonista en el mundo en sostener la nota más larga.
Se trata de Geovanny Escalante, de 48 años, quien hoy, 25 años después, sigue tocando el saxofón, pero ahora lo hace en el Aeropuerto Juan Santamaría, donde trabaja cuando no está ocupado administrando su propio emprendimiento de café.
Escalante es reconocido dentro de su gremio como un pionero, ya que se consolidó como músico solista en bodas y otros eventos grandes y, también, se convirtió en un referente a nivel nacional.
Teletica.com conversó con el artista para conocer más sobre su trayectoria y su trabajo y, en la entrevista que aparece a continuación, amplía todos los detalles.
¿Hace cuántos años empezó a formarse en la música?
Mi formación como músico empezó hace 39 años, cuando tenía 10 años. Yo empecé en clases de saxofón privadas, a los cinco años toqué un poco de piano, pero mi fijación siempre fue con el saxofón.
Entré a la Banda del Instituto de Alajuela, ahí conocí a Marvin Araya, quien fue una pieza fundamental para mí, porque me ayudó a ingresar a la Sinfónica Juvenil. Luego pasé al Conservatorio Castella, de donde me gradué, y después ingresé a la Universidad Nacional. Tras finalizar mis estudios estuve tocando con varios grupos musicales como La Banda, Marfil y Requete, antes de dedicarme de lleno al trabajo como solista.

Cuéntenos sobre el récord mundial que consiguió
Fue en la época que yo tocaba con Marfil y uno de los compañeros me dijo: ‘¿Vos sabés que Kenny G tiene el récord por tocar una nota larga de 45 minutos?’, y yo le dije: ‘No creo que sea capaz’.
Entonces, empecé a investigar y duré casi un año practicando. Me propuse hacerlo en mi casa en Alajuela.
Al principio duraba cinco minutos, luego siete, después 10, empecé a mejorar mi resistencia. Entonces, cuando pensé que ya lograba más de 45 minutos, organizamos un evento en El Cuartel, invitamos a varias personas para que quedara documentado. Así lo hicimos y en su momento fue lindísimo y fue una noticia. En ese entonces no existían las redes sociales, entonces las noticias viajaban, pero no se hacían virales. Sin embargo, la noticia quedó de número cinco en el mundo y me contactó la agencia Reuters y me hicieron una entrevista telefónica. También me contactaron de Univisión para hacerlo en vivo en ‘Despierta América’ en Miami y duré una hora y 32 minutos.
Fue una marca mundial. Había abogados, quedó grabado y lo vieron varios países en vivo. Toda la respuesta que consiguió me impulsó a hacer una carrera como solista. Fui pionero en Costa Rica al convertirme en el primer músico en tocar como solista en bodas. El tener un saxofonista en una boda es normal ahora, pero antes no.

Coméntenos sobre sus producciones
Cuando batí el récord, saltaron nuevas oportunidades. Me incorporé en el grupo Requete, donde tuve el apoyo de Eduardo Reifer para hacer mi primer disco llamado Pasión. Es bellísimo porque tiene música de Latinoamérica con pinceladas de música en inglés. Se vendió por todo Centroamérica gracias a Sony Music.
Luego siguió el disco Ascenso, lo produje junto a Luis Alonso Naranjo. Luego Al alma, que fue una propuesta instrumental de canciones viejas que trajimos a la actualidad. En todos los discos ha habido canciones originales mías. También hice un disco con música de las décadas de los 70 y 80 llamado Timeless.
Todas estas producciones son las que vendo en el aeropuerto, y espero este año grabar otro disco más.
¿Cómo llegó a tocar dentro del Aeropuerto?
Voy para 15 años de tocar en el aeropuerto, en ese entonces le pedí la oportunidad a José Pablo Villalobos, que trabajaba ahí, de meter música en el aeropuerto y me dijo que sabía quién era yo y que sería un honor.
La primera vez estaba muy nervioso y la gente se empezó a acercar y se vendieron los discos como pan caliente en la primera media hora. Incluso acabé tocando en la Cumbre Mundial de Gobiernos en Dubai en 2018 gracias a las conexiones que hice en el aeropuerto. El aeropuerto ha sido una vitrina que me ha dado exposición y que he sabido aprovechar.

¿Cómo son los días en el aeropuerto?
Todos son diferentes y eso es lo que me encanta. Siempre voy al aeropuerto y me quedo a la expectativa. A veces hay mucha gente, otras veces hay poca. La gente me dice ‘mirá soy músico o cantante' o 'esa canción que tocaste me acordó a mi mamá’. Y casi que todos los días me dicen ‘wow yo pensé que era música de ambiente, no en vivo’.
Es un lugar donde se reúnen muchos sentimientos, entonces mucha gente se pone a llorar porque se identifican. También me pasa que la gente se pone a hablar conmigo y conversamos hasta 30 minutos; he hecho muchas amistades bonitas en distintas partes del mundo.

¿Vive únicamente de este ingreso (aeropuerto) o realiza otros trabajos por aparte?
Yo me dedico al 100% a la música, pero hace cinco años empecé con una empresa mía de café, entonces empecé a investigar del café y encontré el mejor en Santa María de Dota y, con don Arturo Bonilla, hice una dupla.
Hicimos una marca de café ligada a la música llama “Escafé’s”, que es el café más gourmet del aeropuerto. Es súper premium y se me ocurrió poner un código QR en el empaque que lleva a un enlace donde están mis canciones. Nuestro eslogan es “uniendo aromas y notas”. La idea es que te tomés un buen café mientras escuchás música instrumental bien bonita.

¿Cree que se le brinda el apoyo suficiente a los músicos en Costa Rica?
No se le brinda el apoyo que deben, en mi caso nunca he querido depender del apoyo de la gente. Yo busco mis oportunidades y no me quedo lamentándome. Pero sí he visto que el trato no es igual, por ejemplo, cuando fui a Estados Unidos para lo del récord, a mí me recogió una limusina blanca, había un camerino solo para mí con mi nombre y había un buffet solo para mí.
Yo quedé impactadísimo de como trataban a los artistas. Aquí ha costado un poco, pero hay que adaptarse a lo que tenemos. Nos gustaría a los músicos nacionales que nos valoren más y que cuando vienen artistas internacionales no nos traten distinto a ellos.

¿Qué es lo que más disfruta de ser músico?
En el momento en el que yo me pongo el saxofón en la boca, yo soy feliz, tenga a una persona o a 500 al frente. Cuando yo llego a tocar al aeropuerto, y aunque no haya nadie en la sala, a mí me encanta porque lo hago para mí, para sentirme bien yo. Es como una medicina para mí. Yo amo ser músico, no lo cambio por nada.
Si usted desea contactar al músico puede hacerlo por medio de su Facebook, Instagram o bien llamando al 8910-6602.