Cristel Porras y Kalazan: Una historia de amor que perdura tras el accidente
La joven barrilera reflexiona sobre el profundo vínculo con su caballo, Kalazan, y las lecciones que les dejó su accidente en la arena este jueves.
El pasado jueves, la barrilera Cristel Porras, de 17 años, protagonizó un impactante accidente junto a su caballo Kalazan durante la competencia de Toros Teletica en Pedregal, Belén.
Más allá de poner la resistencia física de ambos a prueba, el desafortunado episodio resaltó la profunda conexión que los une desde el inicio de su historia.
Para Cristel, Kalazan no es simplemente un compañero de competencias; es un tesoro nacido del amor por su madre, La Patrona, una yegua de su familia con la que también compartió múltiples experiencias en el mundo de los barriles.
“La historia con ese potro es una historia muy bonita. Yo a él lo tengo desde que nació, porque lo vimos nacer en mi casa”, recuerda.
La historia dio un giro inesperado el día que La Patrona se escapó de la cuadra, salió a la calle, y un carro la atropelló.
“Kalazan tenía apenas cua
tro meses cuando la perdimos en un accidente. Desde entonces, él se convirtió en el consentido de la familia”, aseguró durante una entrevista con Teletica.com.
La muerte de la yegua marcó a Cristel profundamente y fortaleció el vínculo con el potro que quedó huérfano. Criado bajo su cuidado y dedicación, Kalazan inició su proceso de doma hace un año y comenzó a competir apenas cinco meses atrás.
Para Porras, verlo en la arena es la materialización de un sueño: “Siempre tuve la ilusión de hacer con él lo que hacía con su mamá”.
El cariño que existe entre ambos quedó en evidencia tras el accidente del jueves. Mientras Cristel era trasladada en ambulancia, su mayor preocupación no era su dolor físico, sino el estado de Kalazan.
“Pregunté por él inmediatamente, pero no podía dejar de pensar si me decían que estaba bien solo para tranquilizarme. Ahora estoy esperando sentirme mejor para poder ir a verlo. Para mí, lo que me pase a mí no importa tanto como lo que le pase a él”, confesó.
Kalazan, afortunadamente, salió ileso del accidente, gracias en gran parte a los protectores que llevaba. Cristel no oculta su alivio al saber que su compañero está en perfectas condiciones.
“En una carrera hay muchos factores que no se pueden controlar. Lo único que podemos hacer es protegernos nosotras y proteger a nuestros caballos lo mejor posible. Esto me enseñó a valorar cada momento, porque uno no sabe qué puede pasar más adelante”, señaló.
A pesar del susto, Cristel mantiene su compromiso y amor por este deporte, siempre poniendo en primer lugar el bienestar de Kalazan. Mientras se recupera, no deja de planear el momento en que pueda verlo nuevamente y retomar juntos las competencias.