Vivir intencionalmente
Si queremos ver cambios en la vida, no podemos quedarnos estancados esperando que otros sean los que hagan las cosas por nosotros.
MSc. Henry Álvarez/ Consejero familiar y matrimonial, conferencista.
Cuando hablo de vivir intencionalmente, me refiero que tenemos que ser intencionales, lo cual significa que, si queremos ver cambios en la vida, no podemos quedarnos estancados esperando que otros sean los que hagan las cosas por nosotros.
Hay que moverse, los cambios vienen cuando usted está dispuesto a cambiar de dirección, como dijo Jim Rohn:
“Usted no puede cambiar su destino de la noche a la mañana, pero sí puede cambiar su dirección de la noche a la mañana”.
Existe una diferencia entre decidir y hacer. ¡Tome acción! Un famoso acertijo dice: “Cinco ranas estaban sobre un tronco. Cuatro deciden saltar, ¿cuántas quedan?” ¿Cuál es la respuesta? Es posible que usted piense que la respuesta es una. ¡Pero la respuesta es cinco! ¿Por qué? ¡Porque existe una diferencia entre decidir y hacer! ¡Tome acción!
Por ejemplo, todos queremos un mundo mejor, que haya menos suicidios, menos muertes en las calles, menos delincuencias, que baje la tasa de madres adolescentes, de violencia intrafamiliar, que no siga aumentando jóvenes en la droga y alcoholismo, la venta de niños para la explotación sexual.
¿Cómo esperamos tener un mundo mejor si no hacemos nada por cambiarlo? Un ejemplo reciente fue cuando fui a ver la película Sonido de Libertad, salí llorando al ver la realidad en la que estos niños han sido llevados y vendidos como esclavos para la explotación sexual. Podemos quedarnos con el dolor, y salir llorando, como muchos hemos salido, y no hacemos nada.
Bien lo dijo John Maxwell en su libro: Cambie su Mundo.
“La esperanza tiene dos hijos preciosos; sus nombres son Enojo y Valentía. Enojo al ver cómo son las cosas, y Valentía para no permitir que continúen así”, Agustín de Hipona.
El dolor por el que sufre nuestra humanidad tiene que llevarnos a estas tres verdades, Enojo, Valentía, y Acción, solo así podremos tener un mundo mejor, pero no todos están dispuestos a pagar el precio, de salir de la zona confort, que le permita promover cambios positivos en la vida de las personas.
Le animo a ser un catalizador para la transformación de su mundo: su familia, su lugar de trabajo, su comunidad. Para mejorar las condiciones en todos los ámbitos, no podemos esperar que sucedan sin hacer nada, ¡tome acción! Se requiere valentía y amor, pero un amor puesto en acción, que lamentablemente nos hace falta, porque vivimos en una sociedad egoísta, que lo único que le interesa es su bienestar, la solidaridad, el servicio a los demás, lo estamos perdiendo.
¿Cómo queremos ver un mundo mejor con estas conductas de indiferencia por el dolor humano? Le presento una buena opción para cambiar el mundo.
Hay 160 niños y jóvenes que viven en condiciones muy vulnerables, y queremos ayudarles fomentando que practiquen un deporte que les ayude como un factor preventivo, y a la vez que contribuya al crecimiento y desarrollo personal, para convertirlos en personas de bien para esta sociedad.
“Permitirá que a lo largo y al final del proceso formativo, tengamos futbolistas mejor formados y dotados en el área emocional, social, espiritual, intelectual, físico y táctico”, así lo dice el licenciado Óscar Quesada Arrieta, docente en Educación Física y Recreativo.
El proyecto se llama Sport Dreams, Proyecto Fútbol Base Formativo 90-10. Para más información puede llamar al teléfono 8911-4300 o comunicarse al correo: o.quesada@hotmail.com.
“El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
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