¿Tengo un negocio o una idea que parece ser negocio?
Existe un momento clave cuando se están desarrollando las primeras etapas de un emprendimiento: diferenciar si lo que tengo en mis manos genera ingresos o es solo una batalla inútil por intentar que lo haga.
Bernal Fonseca - Empresario, comunicador, presentador y productor televisivo.
Sentarse a escuchar personas que constantemente están buscando la manera de solventar necesidades, sus acciones y los resultados que obtienen, se ha vuelto un hábito a través de diferentes proyectos que he tenido la oportunidad de liderar.
De.Mentes, que actualmente se encuentra en su quinta temporada, ha visto pasar 68 emprendimientos frente a una variedad de jueces y es reiterativa la necesidad que estas personas ven en los participantes; ¿saben diferenciar si lo que lideran es solo una idea o un negocio?
Aquí la idea no es señalar o traerse abajo el proceso de cada quien, pero sí, ser intencional en aclarar la etapa en la que están para que sepan hacia donde tomar.
¿De qué manera hago dinero?
La idea puede ser una cosa maravillosa, jamás antes vista y capaz de transformar el mundo, sin embargo, si esta no posee una planificación y claridad en cuanto a las fuentes que posee para generar ingresos, de idea no va a pasar. Por otro lado, si no tengo claro cuánto me cuesta hacer lo que hago, sigo sumando puntos para quedarme solo como una idea.
Mi recomendación es proyectar una fuente de ingresos principal al inicio y hacerla crecer a través de diferentes acciones sin querer diversificar de inmediato. Ante la pasión que caracteriza a quien emprende y ver proyectos similares al nuestro en otros niveles de madurez, debemos mantener la calma y no desenfocarnos. Con una fuente de ingresos robusteciéndose, llega el momento de diversificar y ahora sí, el ciclo se repite.
¿Tengo todo el conocimiento para ejecutar esta idea?
Esta es un área compleja para quienes se casan con la idea desde un inicio, pues no verla crecer como esperarían, siendo los autores intelectuales al mismo tiempo, podría llevarlos a la frustración.
Es esencial saber diferenciar el rol que tengo dentro del proyecto o el que podría llegar a ocupar en el futuro, haciéndome acompañar de diferentes conocimientos. No porque seamos quien conoce del tema en que se enfoca la idea, quiere decir que soy la persona indicada para desarrollarla como negocio. ¡Es que debo asumirlo yo porque no tengo los ingresos para pagarle a alguien más! Calma, hay soluciones y es cuestión de buscarlas en incubadoras o personas expertas que nos escuchen y dirijan sin necesidad de delegar completamente la tarea.
¿Conozco a quienes me rodean en el mercado al que pretendo entrar?
Mirar el proyecto como si fuera mi ombligo durante todo el día nos desconecta de la realidad. La verdad es que ya todo fue inventado y lo que podemos hacer es crear una nueva manera de hacerlo, eso es innovar.
Es indispensable que quienes están en sus inicios se relacionen con el sector al que pertenece su idea, conocer sus historias, errores cometidos, soluciones y evoluciones que han tenido que implementar. Inclusive, si es posible acercarse a ellos, no lo duden. ¡Es que me pueden robar mi idea! De nuevo, ya todo está inventado.
Es posible diferenciar si una idea es solo idea o es un negocio, el paso que se debe dar es detenerse y ser consciente de cuando crucé, estoy cruzando o cuánto me falta para cruzar esa línea. Estos tres aspectos podrían sumar a ese análisis.
Sigamos aprendiendo del emprendimiento en Costa Rica a través de la experiencia de los siete proyectos participantes de De.Mentes, o como ahora me gusta escribirlo más DMNTS, todos los jueves a las 8:30 p. m., en vivo, a través del canal TD+2 y el streaming de la app TDMAX.
Les invito a crear criterio en conjunto compartiendo conmigo sus puntos de vista al correo [email protected] o a través de mi perfil en LinkedIn.