23 de enero de 2024, 11:12 AM

Dr. Alexander López / Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica.

¿Qué tiene que ver el conflicto de Gaza con el tema de gobernanza de los océanos? Es muy interesante observar cómo una de las principales consecuencias globales del conflicto en Gaza, no ha provenido de actores como Irán o Siria, sino que el mayor impacto para la economía global ha provenido de un lugar devastado por la guerra como es Yemen. En efecto, desde el pasado 18 de noviembre, los rebeldes hutíes del Yemen han atacado dos docenas de cargueros a las puertas del mar Rojo, acciones que enmarcan en su apoyo a los palestinos de la Franja y que prometen mantener hasta que cese la ofensiva israelí.

Lo anterior pone una vez de manifiesto la importancia estratégica de los océanos y mares y de algunos pasos estratégicos que tienen estos espacios marítimos. Por ello, en dos artículos vamos a tratar de ahondar primero en la importancia geopolítica de los mares y en el próximo artículo se abordará la dimensión geoeconómica con especial énfasis en el rol de mares y océanos en la economía global. El impacto geoeconómico de este conflicto es claro dado que las líneas navieras más grandes del mundo han detenido los envíos a través del mar Rojo, desviando el transporte de contenedores alrededor del Cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África, añadiendo miles de kilómetros a los viajes, aumentando los costos y retrasando las entregas de componentes vitales para la cadena de fabricación de productos y de bienes de consumo.

En términos geopolíticos a lo largo de la historia, la mayoría de los pueblos y de los grandes imperios han estado definidos por su relación con los mares y los océanos. Desde los fenicios, cartagineses y romanos, en el Mediterráneo, hasta el dominio de las grandes potencias europeas en los diferentes mares del mundo, que comenzó en la era de las grandes exploraciones durante el siglo XV, los océanos han sido espacios de competencia y, simultáneamente, fuente de poder.

En términos geopolíticos hay un texto de Bruce Jones, titulado: Gobernar las Olas: Como el control de los océanos del mundo determina en destino de las superpotencias que pone precisamente de relieve la dimensión geopolítica. Sin pecar de deterministas, lo anterior se puede ver claramente en la disputa que hoy tienen los Estados Unidos y la República Popular China en el Pacífico. Claramente, China enfrenta un dilema: cuanto más crece como potencia comercial, más depende del acceso y circulación en aguas cuyo control proviene mayormente de Estados Unidos y aliados, que a su vez ven al espacio marítimo como un área crucial para la contención de China como potencia militar.

Estados Unidos como poder consolidado y China como poder emergente tienen desde luego un interés global por estos espacios, la estrategia de los Estados Unidos puede oscilar entre el hostigamiento –no dejarla avanzar– o la contención desde una segunda línea, por ejemplo, a la altura de Australia. Otra alternativa es la inclusión de India en el frente de contención junto a otros aliados regionales como Japón y Corea del Sur.

Un aspecto medular para entender el rol protagónico de los mares y océanos es identificar aquellos espacios geográfico-marítimos fundamentales en términos geopolíticos y geoeconómicos.

Básicamente, hay cuatro grandes pasos que podemos llamar tradicionales y uno emergente. En primer lugar, el Canal de Suez, ubicado en Egipto, puerta entre oriente y occidente y que comenzó a funcionar en 1869 y conecta el mar mediterráneo con el mar Rojo. Esto representa el 12% del comercio global, y como se ha visto con el conflicto reciente en Yemen, sin Suez, los envíos que viajan entre Asia-Pacífico, el océano Índico, el mar Arábigo y Europa tendrían que atravesar todo el continente africano. De hecho, una de las rutas alternativas rodeando el cabo de Buena Esperanza demora casi 9 días más que la ruta por el canal de Suez.

El segundo paso crucial es el Canal de Panamá, cuya apertura en 1914, revolucionó al comercio marítimo en el mundo. Este canal, al estar construido con base en un sistema de esclusas, depende de las lluvias para su funcionamiento, lo que ha hecho que en los últimos dos años enfrente serios problemas en su funcionamiento de máxima capacidad.

En tercer lugar, el Estrecho de Ormuz es, sin duda, uno de los pasos marítimos más estratégicos del mundo, pues conecta a los productores de petróleo de Medio Oriente con mercados clave en Asia Pacífico, Europa y América del Norte, a diferencia de los canales de Suez y Panamá, un paso marítimo natural y no está controlado por ningún país.

En cuarto lugar, el Estrecho de Malaca, este paso marítimo entre el océano Índico y el Pacífico, representa un 25% del comercio mundial. Dos tercios del tonelaje que pasa por el estrecho consiste en petróleo crudo del golfo Pérsico. Este es un paso clave para todas las mercancías que hay entre Medio Oriente y el Lejano Oriente.

Finalmente, hay un nuevo paso que puede revolucionar la geopolítica y geoeconomía global y que está vinculado al fenómeno de cambio climático, es así como el derretimiento de grandes bloques de hielo ha hecho que los barcos puedan atravesar el Ártico, la ruta para transitar entre Asia y Europa es más rápida y barata que otras como el Canal de Suez.

Todo lo anterior pone de manifiesto, como son los océanos donde se construyó la idea de un solo mundo, “un todo continuo”. La consecuencia fue una redefinición total del espacio, con la posibilidad de extender redes –comercio, comunicación– globales y provocó un reordenamiento geopolítico, y eso lo seguimos atestiguando.

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