Echando toda vuestra ansiedad sobre él
¿Sufre de ansiedad? Le invitamos a leer este artículo.
Henry Álvarez/ Coach, Orador, Consejero, Conferencista, Orientador familiar y matrimonial
La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. La ansiedad es básicamente un mecanismo defensivo. Es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes. Un ejemplo puede ser cuando nos encontramos con obstáculos para conseguir logros que limitan nuestra capacidad para alcanzarlos o mantenerlos. La pandemia que estamos viviendo es uno de ellos, porque nos hemos visto limitados en muchos sentidos. Las consecuencias psicológicas del confinamiento son grandes, hoy en día se dice que hay un tercio del mundo confinado. El panorama es todavía incierto. Toda esta incertidumbre, y miedo produce consecuencias como no poder dormir, volverse más irritable, la gente está deprimida y con mucha ansiedad. Puede que algunas personas encerradas por la cuarentena desarrollen trastorno de estrés. Y qué decir de los niños y niñas que no soportan el encierro en que están, porque la escuela no solo era un lugar de aprendizaje sino también un lugar de esparcimiento social.
Se vuelve más difícil para aquellas personas que no tienen familiares o viven solos, o más triste, los que viven en hacinamiento, donde el ambiente se torna demasiado solitario; los sentimientos de soledad han aumentado; también tendemos a ser más solitarios y a tener un mayor sentimiento de cohesión social. La violencia ha aumentado en los hogares. Frente a esta realidad necesitamos un sistema de atención psicológica y espiritual, donde las personas puedan abordar sus problemas, tanto a nivel personal como familiar. La irritabilidad, la ansiedad, el insomnio, la hipersensibilidad y todas las otras consecuencias psicológicas de la pandemia son parte de las cosas a las que debemos hacerle frente. Hoy más que nunca, estamos viviendo no solamente presión y tensión física, sino también tensión mental y emocional.
Todos tenemos algún grado de ansiedad y de estrés. No hay nadie que pueda enfrentar el día sin experimentar algún nivel de estrés de una manera u otra.
Si no enfrentamos nuestras presiones y ansiedades adecuadamente cada una de ellas tiene el potencial para acumularse y llevarnos al punto de desastre, hasta llegar en algunos casos al suicidio; cada vez más vemos en aumento los casos de muerte por esta causa. ¿Qué podemos hacer frente a esta realidad que estamos enfrentando? Creo que el primer paso es buscar una red de apoyo, y la primera red es la familia, crear vínculos significativos con personas de confianza, uno de los errores es aislarse, eso no es bueno. Importante también buscar a un profesional en salud mental y emocional, además de un consejero espiritual y familiar.
En este contexto actual, el apóstol Pedro nos dice: “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”. 1 Pedro 5:7 (NVI). Estas palabras deben ser una medicina a nuestra alma, en especial en este tiempo de pandemia. A Dios le importan nuestros problemas. Él cuida de nosotros y continuamente se preocupa por nuestro bienestar. El profeta Jeremías también nos dice: “He aquí que yo les traeré sanidad y medicina y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad”. Jeremías 33:6. Si en verdad hacemos nuestras estas promesas, podremos vivir más tranquilos y en paz, depositando en sus manos todas nuestras preocupaciones y ansiedades. No hay que esperar, hay que actuar intencionalmente, y empezar a buscar ayuda a nivel profesional, no permitamos que el temor nos paralice, el postergar es un enemigo silencioso que hay que vencer. Siguiendo el consejo del apóstol Pedro en su carta de 1 Pedro 5:7, donde nos dice que “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”, ¿por qué a veces se nos dificulta confiar en Dios? Tal vez por nuestro pasado, porque no tuvimos personas que se preocuparan por nosotros, o porque tuvimos padres ausentes, y desarrollamos sentimientos de inseguridad y desamparo, y transitamos en la vida con temores, ansiedad y preocupación por el mañana. Tengo mas de 30 años de ayudar a personas que vienen a mi consultorio con mucha ansiedad, temor y desesperanza y los he visto salir hacia adelante cuando reconocen que solos no pueden. El éxito está en tener una buena actitud y humildad en reconocer que necesitan ayuda. Por mi experiencia puedo decir que cuando la persona tiene fe y esperanza puede salir adelante, con mucho ánimo, y fortalecido a un estado de paz y tranquilidad.
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