Por Adrián Fallas |27 de diciembre de 2024, 20:06 PM

El Club Sport Herediano celebró al alcanzar su título 30 en la casa de Alajuelense. 

Los florenses celebraron en un Morera Soto que se ha convertido en casa de sufrimiento, para sus inquilinos.

El 2-1 de este viernes 27 de diciembres es un capítulo más en lleno de tristeza para la Liga, pero una página dorada para el equipo de don Eladio Rosabal Cordero.

Desde el primer minuto de juego Celso Borges fue determinante, ya que, tras chocar con Elías Aguilar, Keylor Herrera no dudó al señalar el punto penal.

No había llegado el minuto 1 y los rojinegros tenían la oportunidad perfecta de empezar el partido con el pie derecho.

Celso cobró y Anthony Walker voló para el otro y el Morera estalló en un rugido, cuando todavía se respiraba en el aire la pólvora y se veía el humo de un recibimiento que fue épico.

La afición, esa que acepta sentir la sed de triunfo en el campeonato local, empujaba y metía, pero los florenses no tardaron en responder.

Jafet Soto realizó los primeros ajustes y pudo llevar el juego por el camino que le servía. Los rojiamarillos aguantaban y no sufrían.

Así se fueron al descanso, pero todo cambió al 47’.

Otra vez Celso. Otra vez la astucia y la calma para entender lo que pide una jugada. El volante encontró un espacio para recibir y servir, Diego Campos no perdonó el marcador del estadio decía 2-0.

Otra explosión desde las gradas. Otra vez la feligresía manuda se abrazaba y su sueño, estaba cerca, porque el global era 2-2.

Cuando la noche se complicaba para Herediano apareció Emerson Bravo, quien arrancó pegado a la línea y dejó botados a todos los celadores. Su pase encuentra a Marcel, que deja el balón a la llegada de Allan Cruz.

El remate de Cruz cruzó la línea defendida por Leo Moreira y el estadio se calló por completo y el ambiente cayó.

Corría el minuto 69 y cada paso del minutero era un pequeño triunfo para los rojiamarillos.

Alajuelense lo intentaba, tiraba bolas por los costados, buscaba por el centro, pero no llegaba el gol.

Cuando central señaló el final hubo una explosión. La de rojo y amarillo llena de alegría, la de rojo y negro llena de dolor.

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