Por Katherine Ortega |15 de agosto de 2024, 9:57 AM

Cuando Kimberly Porras tenía poco más de 35 años, vivía solo con su primera hija, Allison. Una era la compañía de la otra y juntas se ilusionaron con la idea de tener un bebé en casa.

 Cuando la niña cumplió 9 años, Kimberly le dio la sorpresa de que sería hermana mayor. Lo que la pequeña no imaginaba, es que lo sería por partida triple.

 “En semana 11 (de embarazo) amanecí con un sangrado. Me fui para emergencias del Hospital de las Mujeres, me revisan, me dicen que todo está bien y me dicen: confirmado, aquí tenemos tres bebés”, contó esta mamá.

 Su caso se considera excepcional. Se dio una fecundación de dos óvulos al mismo tiempo, uno con gemelos idénticos y el otro con una niña.

 Después del nacimiento de los niños, que ya cuentan con 1 año y 7 meses de edad, Kimberly debió reincorporarse a su trabajo en una entidad financiera, que es la principal fuente de ingresos del hogar.

 Asegura que dividir su tiempo entre ser colaboradora de una empresa y mamá de cuatro no es sencillo, pero lo ha logrado con dedicación y paciencia.

 “Tengo momentos de crisis, donde el cansancio ya no da, donde las fuerzas ya no son suficientes. Cuando ellos están en medio de un “berrinche” o mi hija mayor, que tiene necesidades diferentes a los chicos, o yo, que a veces deseo tomarme un café tranquila y no puedo, surge una fuerza sobrenatural que viene de Dios”, opinó la mujer.

Esta mamá asegura sentir un amor capaz de hacerle olvidar el cansancio, las noches en vela o cualquier dificultad.

 No los ve solo como una responsabilidad, sino como la dicha de contar con besos y abrazos, multiplicados por cuatro.

Conozca la historia completa en el video adjunto.

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