Por Paulo Villalobos |13 de septiembre de 2024, 16:40 PM

La jueza citada como testigo en el caso conocido como Pancho Villa reveló la tarde de este viernes que supuestamente una abogada, excompañera de la universidad, la buscó para ofrecerle un soborno, a cambio de que se confirmara en juicio que había tenido una relación sentimental con uno de los supuestos integrantes de la banda.

Así lo hizo ver la funcionaria de apellido Murillo durante una polémica declaración rendida ante el Tribunal Penal Especializado en Delincuencia Organizada, en San José.

La decisora explicó que, a través de redes sociales, en febrero de este año fue contactada por una excompañera de la universidad, de apellido Arguedas, con el objetivo de que se reunieran; situación que presuntamente ocurrió el 17 de ese mes en una cafetería en Heredia.

En apariencia, al cabo del encuentro, cuando ambas se estaban en el vehículo de la juzgadora junto al hijo de esta última, en las afueras de un hotel en San José, la mujer le hizo ver que no se podía retirar sin contarle algo.

Murillo aseguró —bajo la fe del juramento— que la mujer le dijo que la habían contactado del "caso Sur" —y mencionó el nombre del presunto cabecilla de la organización, de apellido González— con el objetivo de que transmitiera un aparente ofrecimiento.

La jueza rechazó de plano y recordó que incluso había tenido que enfrentar una causa penal y había sido expuesta en medios de comunicación por situaciones asociadas a esa investigación.

Agregó que, supuestamente, su hijo intervino en ese momento para decir que "a mi mamá no le tienen que hacer propuestas de nada" y que "mi mamá cumplió su deber".

Presuntamente, su excompañera la invitó a ver hacia el parqueo y que le dijera cuál le gustaba, al tiempo que lo invitó a pensar que su madre podría comprarle uno de esos carros si aceptaba. El hijo insistió en que su mamá no tenía por qué hacerlo.

"Yo le dije (a Arguedas, presuntamente): voy a pensar que usted lo que está haciendo aquí es que está choteando en mi carro. Usted me conoce perfectamente y sabe quién soy yo y cuáles son mis principios. Yo nunca voy a aceptar nada de una banda narcotraficante. Y dígales a esas personas (que pretendían hacer el soborno) que no me busquen, porque se van a acordar de mí", narró Murillo.

En respuesta, la abogada —sostuvo la testigo— aseveró que comunicaría su posición y luego descendió del auto.

La decisora confirmó que puso la denuncia "inmediatamente" y agregó que, hasta donde sabe, su excompañera se mantiene detenida como parte del proceso que ella inició.


¿Para qué?

Ante un cuestionamiento posterior de parte del Tribunal Penal, la jueza Murillo reveló que el objetivo del presunto ofrecimiento era que ella confirmara en el juicio una supuesta relación con uno de los imputados en la causa, un exoficial del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de apellido Campos.

Este último declaró antes, este mismo viernes y en el mismo debate, como lo reportó Teletica.com, que había mantenido una "relación sentimental" con la decisora.

Afirmó que —presuntamente— fueron pareja por más de dos años y que él decidió terminar, en el tanto que Murillo era "posesiva" y había intentado controlar su tiempo y su espacio. Sostuvo que la relación terminó de mala manera y que, incluso, la decisora le dijo que "las iba a pagar" (a modo de repercusión).

Campos agregó que, tras años de no saber nada de la juzgadora, se dio su captura el 6 de abril de 2021 y fue en ese momento que se reencontró con Murillo. El endilgado dijo haberse sorprendido de ver a la jueza durante su detención y, posteriormente, en la audiencia de medidas cautelares, en la que se le impuso prisión preventiva.

La funcionaria rechazó contestar si la relación existió o no, y recordó que ella había sido investigada por presunto incumplimiento de deberes y abuso de autoridad, en virtud de que ella no se inhibió de conocer los asuntos de su supuesta expareja.

Tanto ella, como la Fiscalía y la propia defensa, recalcaron que por esos hechos se había dictado un sobreseimiento definitivo en favor de Murillo. Esto significa que, o no cometió el delito, o el hecho que se le atribuyó no era delito.

Pese a todo lo anterior, el aparente ofrecimiento buscaba, según declaró ante el órgano jurisdiccional, que reconociera la relación "para que el caso se vea afectado y ellos (los imputados) quedaran en libertad".

Este medio solicitó una posición sobre las manifestaciones de Murillo al codefensor de González, Juan Carlos Peralta, y al cierre de esta publicación, este estaba pendiente de remitirla. 

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