Hombre trans, su pareja y su hijo son parte del nuevo modelo de familia costarricense
Hace 11 años, Enzo y Ana Cristina formaron un hogar, sólo que en ese momento Enzo era Fiorella.
La dinámica por las tardes en la casa de los Bruno Bindi no es distinta a otras. Repasan la materia, hacen la tarea y conversan sobre cómo estuvo el día.
Sin embargo, esta es una familia que rompió el molde. Hace 11 años, Enzo y Ana Cristina formaron un hogar, sólo que en ese momento Enzo era Fiorella.
Desde un inicio soñaron con la idea de tener un hijo y ese sueño se cumplió tres años después cuando Luca llegó a sus vidas.
El niño ha participado en la lucha por los derechos de las parejas diversas, y a sus 8 años no tiene ningún problema en contar a quién le pregunte como es su familia. Incluso entender el cambio físico de una de sus mamás en un papá no ha sido ningún problema.
Aunque el amor sobra en esta casa, les faltan derechos. Enzo y Cristina lideran un grupo de familias diversas que luchan por derribar las barreras que separan a unas de otras.
La semana anterior, una pareja gay logró que el Juzgado de Famialia de Goicoechea reconociera su relación como una unión de hecho.
Eso significa que ahora tienen los mismos derechos y garantías que una pareja heterosexual que lleve más de tres años de convivencia.
Este fallo solo los beneficia a ellos, aunque abre el portillo para que otras parejas del mismo sexo inicien el proceso y sean reconocidos legalmente como tal.
Sin embargo, hay quienes opinan que es un fallo ilegal y podría ser anulado por la Sala Constitucional. Así lo piensa el abogado de familia Pedro Beirute.
Hace 10 años, un niño, Michael, era el protagonista de una historia que demostró que todo puede cambiar. Mairena se convirtió en la primera persona trans en recibir un niño en adopción.
La noticia fue seguida por muchas opiniones en contra y que señalaban un daño a futuro para el niño.
A sus 21 años, Michael trabaja a la par de su mamá por sacar adelante una fundación que rescata muchachos víctimas de explotación sexual.
Aunque por ahora les falta apoyo económico y de las instituciones, ambos comparten el sueño de ver en un edificio en Purral de Goicoechea una sede central de la organización.
Por su parte, Enzo, Ana Cristina y Luca no necesitan de una ley que los oficialice como familia, ellos ya saben que lo son y seguirán luchando por sus derechos mostrándole a este país que tienen el hogar que muchos matrimonios desearían tener.