Una oportunidad en cada taza: Punto Café ofrece empleo a personas en recuperación
Con locales ubicados en Desamparados y Rohrmoser, Punto Café no es solo una cafetería; es un faro de esperanza para aquellos que luchan contra la adicción.
En el corazón de Desamparados y Rohrmoser, Punto Café trasciende la simple venta de café y repostería; respaldado por la Asociación Centro de Rehabilitación para el Adicto (Casa ACERPA), funciona como un faro de esperanza y renacimiento para aquellos que buscan superar las adicciones.
Aldair Abarca, Gerente de Casa ACERPA, describe el proyecto como un centro de transición para personas que luchan contra una adición.
Actualmente, el 70% de los ingresos que esta organización destina a la atención de personas con adicciones proviene de donaciones.
"A diferencia de los centros de tratamiento convencionales, Casa ACERPA ofrece un hogar a aquellos que salen de tratamientos previos, proporcionándoles las herramientas para evitar recaídas durante un programa de 10 meses y cinco fases. Acá trabajamos tanto la parte emocional y psicológica, como herramientas para la empleabilidad" explica el vocero.
Dentro de este programa, Punto Café nació hace un año y cuatro meses con un propósito dual: generar recursos para el programa y proporcionar empleo a poblaciones que enfrentan desafíos para reintegrarse al mercado laboral.
"Somos un centro privado y Punto Café es parte de nuestro esfuerzo por ser autosostenibles, dependiendo menos de las donaciones para atender a estas personas. La idea es formar un negocio bajo la misma lógica que profesamos: ofrecer empleo a personas en recuperación de la adicción a drogas", explica el Gerente de Casa ACERPA.
Punto Café, actualmente con dos locales, también cuenta con su propio centro de producción, permitiéndoles brindar servicio a eventos privados. Además, tienen planes de expansión para 2024.
A través de iniciativas como Punto Café, Casa ACERPA busca eliminar el estigma asociado a las personas con adicciones, especialmente en lo que respecta a las barreras del empleo.
"Todo viene hecho por personas que están luchando por mantenerse en sobriedad y reintegrarse a la sociedad. Entonces, cada café se revierte en el programa; pero además, ofrecemos un servicio de calidad", explica Abarca.
Actualmente, Casa ACERPA tiene capacidad para atender a 38 personas. Una de esas vidas impactadas es la de Douglas Ramírez, un joven de 28 años, que después de estar en situación de calle, ahora es Operario de Herramientas y trabaja en una planta de dispositivos médicos.
"La adicción es una enfermedad mental que no tiene cura. Comencé como la mayoría de la gente, probando. Desde mi núcleo familiar, ya tenía problemas y sentimientos de culpa, resentimiento e ira, este tipo de emociones negativas me llevaron a que mi adicción se intensificara", recalca Ramírez.
Para Douglas llegar a Casa ACERPA le salvó la vida y le ayudó a plantearse metas que lo inspiran a seguir luchando. "Hay que tener disposición para seguir las reglas, olvidar el pasado, perdonarse, mantenerse en resiliencia de la condición que uno tiene y saber pedir ayuda".
Según Abarca, una manera en que las personas pueden respaldar el programa es visitando las cafeterías. Y aquellos que deseen contribuir con donaciones pueden escribir al correo info@casaacerpa.org y seguir las redes sociales de Punto Café en Facebook e Instagram con el usuario puntocafecr.
"A través de Punto Café, nosotros mismos les ofrecemos empleo, para demostrar que sí es posible, y que estas personas que pasan por el programa tienen un acompañamiento profesional. Velamos día a día para que sean responsables, y motivamos a otras empresas a que se sumen", explica Abarca.