Por Juan Manuel Vargas |22 de diciembre de 2016, 7:04 AM

El huracán Otto dejó dos importantes lecciones a los meteorólogos nacionales: una de ellas es la confirmación de que nuestro país está más propenso a ser afectado por fenómenos al final de una temporada de huracanes. Se trata de los meses de octubre y noviembre.

Los registros dejan al descubierto los efectos directos en este periodo de una tormenta tropical en 1887, el huracán Martha en 1969, una depresión tropical en 1973 y Otto este 2016.

Otto también confirma que los fenómenos formados en el Caribe suroeste presentan un comportamiento errático que dificulta predecir su desplazamiento e intensidad.

Incluso Otto sorprendió por la velocidad con la cual cruzo territorio nacional. El huracán avanzaba a una velocidad máxima de 15 kilómetros por hora sobre el caribe y al tocar tierra se incrementó a 19 kilómetros por hora.

Eso ayudó a que los daños no fueran mayores en nuestro país.

Lo ocurrido con Otto debe llamar a la reflexión para equipar de mejor manera a nuestro meteorólogos.

El Instituto Meteorológico Nacional requiere un radar especializado, cuyo costo ronda los $4,5 y al menos 10 meteorólogos más.

Este viernes se cumple un mes del impacto de Otto sobre nuestro país, que dejó 10 muertos y numerosos daños materiales.