Por Natalia Suárez |3 de marzo de 2015, 14:30 PM

Jonathan Zúñiga vio nacer a su segunda hija hace nueve días, fruto de la unión de hecho que mantenía desde hace 12 años. Lamentablemente su compañera falleció tras el parto y ahí comenzaron los problemas.

Como no estaban casados, se requería de la firma de la mamá para que la bebé tuviera sus apellidos.

Ante esto, el único modo de inscribirla como su hija es haciéndose una prueba de ADN, pero en el Registro Civil le aseguraron que no hay campo hasta finales de abril.

Este examen –dice la ley– es necesario para poder darle la niña.

Ella se mantiene internada en el Hospital San Juan de Dios. Si la dan de alta antes de que salga la prueba, deberá recogerla su abuela, una adulta mayor enferma.