Hoy amanecieron 370 personas en celdas del Poder Judicial en todo el país; 300 de ellos ya tienen orden de ingreso a un centro penal que no ha sido atendida por el Ministerio de Justicia.

De acuerdo con la normativa de la Sala Constitucional, las personas no pueden permanecer más de 72 horas en una celda del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Es durante estas horas que los jueces deciden si el detenido queda en libertad o pasa a una prisión preventiva.

Más de 10 personas ya superan un mes de estar en esas celdas. De esas 300, más de la mitad tiene al menos 15 días de estar ahí. Según Flavio Quesada, secretario general del OIJ, "ya hay celdas donde dos o tres personas se ven obligadas a compartir una sola colchoneta". 

La crisis en las celdas judiciales también ha dejado consecuencias nefastas para la administración de justicia y seguridad del país. Se han tenido que suspender allanamientos y detenciones porque no hay dónde colocar a los sospechosos.

Los fiscales y jueces han tenido que trabajar horas extra: si antes se detenía a una persona a las 2 a. m., se indagaba hasta al día siguiente. Actualmente, sea la hora que sea, el juez a cargo debe trasladarse para valorar el caso y determinar si un detenido queda o no en libertad.

Además, se han cancelado juicios porque no hay custodios disponibles para trasladar a los implicados desde el centro de detención hasta la sala de juicio, según explicó el secretario general del OIJ. Esto supone una agresión más contra los derechos de los privados de libertad, ya que han tenido que suspender juicios y audiencias de detenidos que están tras las rejas y siguen en procesos judiciales.

Sin embargo, ahora se vislumbra una nueva vertiente en la problemática. Quesada asegura que "no solo se están violentando los derechos de los privados de libertad, también se están violentando los derechos de los agentes judiciales". 


Personal judicial está "agotado"

Quesada explica que el personal está sobresaturado. Tras un año de pandemia, la situación solo se recrudece; estos funcionarios han tenido que asumir horas adicionales primero, para cumplir con los protocolos sanitarios y segundo, para dar abasto con la custodia de tantos detenidos en las celdas judiciales en todo el país. 

La policía ya no puede trabajar al ritmo que le corresponde, explica el jerarca del OIJ. "Hemos tenido que dosificar los trabajos que debemos hacer, y estamos haciendo menos detenciones de las que deberíamos por la falta de espacio". Además, los agentes se exponen a un riesgo de salud enorme, ya que en las celdas hay algunos detenidos con COVID.

Y no solo se trata de tener el espacio para albergar a los detenidos, advierte Quesada. Hay que asignar una cantidad suficiente de policías carcelarios para custodiar a estos privados de libertad. Esto preocupa mucho a las autoridades, ya que, con personal cansado y saturado, existen grandes riesgos y amenazas en la contención de tantos reos.

App Teletica