Por Bárbara Marín |29 de abril de 2023, 9:00 AM

Para el abogado criminalista y exagente judicial, Rogelio Ramírez, las acciones policiales que se han ejecutado en el caso de la sustracción de Keibril generan dudas respecto a la oportuna atención que se le dio a este hecho durante las primeras horas de reportado el incidente, y, por lo tanto, considera necesaria una revisión sobre la idoneidad de los funcionarios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) para enfrentar este tipo de casos complejos. 

Este profesional, que se desempeñó por 18 años en la policía judicial, parte de estos como jefe de delitos sexuales, considera que las labores que realizan los agentes judiciales marcan la pauta para que un caso sea exitoso, o en su lugar, un fracaso. 

"El tema es que aquí priva el sentido común, y pareciera que el sentido común es el menos común de los sentidos, porque yo me imagino, y así está establecido por el OIJ, al menos cuando yo formé parte de esa institución, de que cualquier situación de esta gravedad debe ser comunicado de inmediato, no solamente al jefe de la delegación, sino a las jerarquías superiores, al director del OIJ, subdirector, al Alfa 6, al encargado de atención inmediata, precisamente para que se disponga de la mayor cantidad de recurso, y no solamente hablo de número, sino de la calidad del recurso ¿Por qué razón? Porque no es lo mismo la capacidad instalada que tiene una delegación regional a lo que tiene la sede central del OIJ, no es lo mismo. Y, por lo tanto, la decisión que debe tomar el jerarca una vez enterado de la situación es movilizar todo ese recurso en el menor tiempo posible. El tema aquí es que cada minuto cuenta... Cada minuto contaba", expresó Ramírez durante el programa de 7 Días radio. 

La crítica que hace Ramírez reposa sobre la decisión de las autoridades policiales de suspender la búsqueda de la bebé durante la primera noche del día 9 de abril, fecha en que se dio la alerta.  Incluso, el insuficiente recurso humano que se movilizó a la zona durante el propio día del hecho, sumado a que, según este abogado, conoce que a lo interno no se tomó como cierta la versión de la madre de Keibril, y eso pudo haber creado un ambiente policial difuso. 

Por otra parte, señala que durante los últimos años se han conocido casos en los que el OIJ ha mostrado debilidades para la recolección de indicios en la primera etapa de la investigación, y eso frustra los casos. 

"No se vale dar por concluido un caso con los allanamientos o con la detención de un sospechoso, ahí no concluye. Ahí, si acaso, se avanza, pero esa investigación termina cuando se emite una sentencia, y, lamentablemente, hemos venido viendo que es en tribunales, en la etapa de juicio, que determinan que hubo vacíos en la investigación, una investigación ligera porque no se llega al grado de convicción necesaria para vulnerar el estado de inocencia de una persona, entonces vemos absolutorias, no por atipicidad, no porque la persona no haya cometido el delito, sino porque la investigación fue laxa, porque la investigación no fue rigurosa, y, por lo tanto, los jueces no tienen como sustentar una condenatoria", señaló Ramírez. 

Y en esa línea, este criminalista considera que debería de llevarse a cabo una revisión de los protocolos de reclutamiento, que son existentes, pero que cabe la posibilidad de que no sean aplicados a cabalidad, e incluso, surge la necesidad de instruir y capacitar mejor al recurso humano para que fortalezcan la institución. 

"No es admisible que la excepción en el OIJ sean los agentes buenos, y, por lo tanto, haya la necesidad de rotar a los más capaces para que algo funcione o para que lleven su semillita de eficiencia o de efectividad en determinado lugar. No funciona. Eso lo que revela es que hay aspectos que revisar, hay aspectos que atender en la formación o incluso en el reclutamiento desde los agentes, porque en sus manos está un tema demasiado delicado, es dar una repuesta cuando peor la está pasando el administrado", exclamó el abogado.