Por Paulo Villalobos |14 de enero de 2024, 8:00 AM

El 7 de mayo de 2022 es una fecha que vivirá por siempre en la cabeza de doña Sandra Vásquez Apú.

Aquel día, esta mujer de 54 años de edad vio por última vez a su hijo Christopher Alonso Murillo Vásquez con vida.

El joven salió de fiesta con unos compañeros de trabajo a un bar en Lindora de Santa Ana. Las cámaras captaron su salida del comercio, pero después de eso, todo es incierto.

Mediante un mensaje, había dicho a su madre que iría con unos "chiquillos" a Alajuela. Doña Sandra le pidió que no fuera, pero él insistió en que saldría.

En ese momento, la mamá pensó que se trataba de los amigos del colegio. Después, cuando emprendió la búsqueda de su hijo, se enteró de que en realidad eran los compañeros de la oficina. El destino del grupo también cambió.

Fue hasta el 2 de julio de 2022 que esta madre tuvo actualizaciones de su hijo. Ese día se enteró, dada su insistencia en las consultas que recurrentemente hacía al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que se manejaba el posible hallazgo del cuerpo de su hijo en la margen del río Virilla, en La Guácima de Alajuela.

Un mes más tarde, el 16 de agosto de 2022, un funcionario de la Policía Judicial —no el encargado de la pesquisa— a quien apodó "El Ángel" logró conseguirle información sobre el caso, como por ejemplo que en uno de los cadáveres se había hallado la cédula de Christopher Alonso.

La confirmación llegó hasta un mes después, posterior a las comparaciones genéticas respectivas.

El joven, finalmente, fue enterrado el 29 de setiembre de 2022.

Desde entonces, aseguró Murillo Vásquez, no volvió a saber nada de la pesquisa que realiza el Organismo de Investigación bajo el expediente 22-002369-0057-DE.

Tras la pista

El caso de Christopher Alonso Murillo Vásquez es tan solo uno de los que la Policía Judicial tiene pendiente de resolver.

Según su subdirector interino, Michael Soto Rojas, el Organismo de Investigación tiene una tasa de resolución de alrededor del 70% a 2023; o lo que es lo mismo, 3 de cada 10 crímenes quedan pendientes de dilucidar. Valga resaltar que el dato incluye los asesinatos ocurridos en 2021 y 2022.

Un homicidio policialmente resuelto es aquel en el que las diligencias de investigación se agotan y se logra, por ejemplo, dilucidar una teoría de qué pudo motivar el hecho y quién lo pudo haber cometido. No implica, por ejemplo, que esa persona haya sido detenida, acusada y juzgada.

"Es muy triste porque uno quiere saber qué fue lo que pasó, saber qué le hicieron", contó Sandra Vásquez Apú en entrevista con Teletica.com.

Hoy día, esta madre no tiene mayores expectativas de que la pesquisa vaya a dilucidar lo que pasó con Christopher Alonso o a dar con los responsables de su muerte.

El además jefe de la Oficina de Planes y Operaciones (OPO) fue enfático en que la investigación de asesinatos no es sencilla.

"Se requiere de técnicas científicas; aún más cuando el tema de los testigos es cada vez más limitado. Por eso tenemos que usar mucho la técnica y la ciencia", explicó ante consultas de este medio.

"Ciertamente, este 2023 hemos resuelto casos del 2022 y 2021, que han estado en revisión, y casos del 2023 probablemente hayamos resuelto una cantidad importante. Es un hecho que en 2024 vamos a resolver casos del 2023. Aproximadamente, tomando en cuenta lo que se resolvió en el año, no importa cuando ocurrió el hecho, si es en el mismo año o en el anterior, hablamos de un 70%, que es una resolución bastante buena, bastante efectiva si la comparamos la resolución con otros países de la región, con la salvedad, como le digo, de que se resuelven de años anteriores. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, hay homicidios que tienen que ver con una estructura criminal y hay homicidios que resolvemos en la individualidad", señaló el subdirector interino.

Soto Rojas afirmó que la tasa se mantiene similar respecto a los años previos, pese a que por dos años consecutivos, Costa Rica registró récords en el número de crímenes en un año.

"Aun tomando en cuenta que en los últimos años tuvimos alrededor de 500 homicidios en promedio al año, con tasa de 11 (asesinatos por cada 100.000 habitantes), y que en 2022 subimos a 12,6 con 654 homicidios y aun este año tuvimos un aumento de 38,6% (en el total de crímenes), el mantener esa resolución no es fácil porque hay más casos de homicidios con el mismo personal. Anda cerca de ese número. Sabemos que es un desafío siempre, pero revisamos el detalle caso por caso, uno por uno, prueba por prueba, hacemos vínculos entre los diferentes casos de estructuras criminales", mencionó el también exministro de Seguridad Pública.

El jefe de Planes y Operaciones destacó que mediante esas pesquisas, durante los últimos años la Policía Judicial consiguió una serie de datos que se han tornado de relevancia.

Como una muestra de lo anterior, Soto Rojas apuntó que se ha logrado establecer la "vida útil de un gatillero", que es la duración promedio en la que un sicario es eliminado: ya sea por su propia estructura o por un grupo rival que sabía que era el responsable de asesinar a sus miembros.

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