Por Eric Corrales |16 de septiembre de 2016, 12:25 PM

Falleció el famoso sacerdote exorcista del Vaticano, padre Gabriele Amorth, a los 91 años de edad.

Amorth se encontraba internado desde hace varias semanas en el hospital de la Fundación Santa Lucía de Roma por problemas en los pulmones.

Su muerte se dio este viernes a las 7:50 de la noche (hora de Italia), según lo dio a conocer la provincia de Timoteo Giaccardo, lugar al que pertenecía el sacerdote.

Gabriele Amorth es considerado uno de los mejores exorcistas de la iglesia católica, se estima que llevó a cabo más de 70.000 exorcismos en toda su carrera sacerdotal.

En 1990 fundó la Asociación Internacional de Exorcistas y fue mentor y consejero de muchos sacerdotes que hoy también son reconocidos exorcistas como el padre José Antonio Fortea de España.

Amorth escribió varios libros entre los que destacan: “Narraciones de un exorcista” (1993), “Un exorcista cuenta su historia” 1999, “Evangelio de María: Un mes con la madre del Dios” 2000, “Un exorcista: Más historias” 20002, “Exorcismo y psiquiatría” 2002, y “Memorias de un exorcista”, una entrevista realizada por el vaticanista italiano Marco Tosatti y publicada en el 2010.

En varias entrevistas el presbítero aseguró que solo se dedicaba a atender casos de exorcismos cuando la ciencia no tenía explicación, por ejemplo, se esperaba a que el paciente fuera atendido por varios psicólogos, psiquiatras y médicos especialistas.

En la mayoría de los casos aseguraba que había una base física o psicológica para curar el mal que acoge a una persona, pero cuando los profesionales le decían que lo que tenía el paciente iba más allá de su conocimiento científico era cuando él intervenía.

En otra entrevista en Italia el sacerdote detalló que el 90% de las posesiones demoniacas se dan por los maleficios, ya sea como hechizo, maldiciones, entre otros.

Siempre que le preguntaban cómo se podía combatir al demonio Amorth mencionaba que solo con la oración, el corazón limpio y llevar una buena vida de fe es que se puede erradicar el mal.