Biden y Trump se enfrentan sobre inflación y migración en primer debate presidencial
La economía es uno de los temas centrales de la campaña electoral, junto con la migración, el tema favorito del republicano, que no tardó en sacar a relucirlo en los primeros minutos del debate.
Joe Biden y Donald Trump se enfrentaron este jueves sobre la inflación, la migración y el derecho al aborto este jueves en el primer debate de las elecciones presidenciales de Estados, un tenso cara a cara en el que el demócrata llamó "imbécil" al republicano.
La inflación está "matando a nuestro país", soltó Trump a Biden.
La economía es uno de los temas centrales de la campaña electoral, junto con la migración, el tema favorito del republicano, que no tardó en sacar a relucirlo en los primeros minutos del debate.
"Me encantaría preguntarle por qué permitió que millones de personas vinieran aquí, desde prisiones, cárceles e instituciones mentales, para venir a nuestro país y destruirlo", dijo el magnate republicano.
Decir que Estados Unidos abre los brazos a los migrantes que entran ilegalmente en el país "sencillamente no es verdad", replicó Biden. "No hay datos que respalden lo que dijo. Una vez más, está exagerando. Está mintiendo", añadió.
Biden intenta desmarcarse de la retórica de su rival, que acusa a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, de "envenenar la sangre" del país.
También saltaron chispas sobre el derecho al aborto.
Su papel para frenar el acceso al aborto en el país fue "algo terrible", le dijo el demócrata al republicano después de que su rival se jactara de haber nombrado a jueces de la Corte Suprema que ayudaron a anular el derecho constitucional al aborto.
En medio de este intercambio tenso, Biden le soltó a su rival: "Tú eres el imbécil, eres el perdedor".
Cada una de sus palabras y gestos están siendo analizados con lupa por los estadounidenses en un país muy polarizado políticamente donde el voto de los moderados y de los indecisos en noviembre puede ser vital.
El debate se celebra en la sede de la CNN en Atlanta, la capital de Georgia, en el este del país.
Se desarrolla siguiendo unas reglas estrictas: se apaga el micrófono a cada candidato cuando termine el tiempo de respuesta estipulado y no hay público ni teleprónter, el aparato que permite leer un texto sin apartar la mirada de la cámara.
Es la primera vez que el presidente y su predecesor republicano están cara a cara desde 2020.
Están muy pendientes del evidente deterioro físico y de las confusiones de Biden, que parecen preocupar más a los votantes, según los sondeos, que las disgresiones falsas y las meteduras de pata de su rival de 78 años, es decir solo tres menos.
Biden se presenta como garante de la democracia frente a un rival temperamental que nunca reconoció su derrota en 2020 y no asistió a su investidura.
Los dos hombres se profesan un desprecio mutuo y durante los últimos meses no han perdido ocasión para atacarse verbalmente.
El candidato independiente Robert Kennedy Jr, el tercero en discordia, ha quedado excluido del debate. Sus posibilidades de ganar son escasas pero puede arañar votos tanto a republicanos como a demócratas.
El debate se celebra cuando el partido demócrata y el republicano no han nominado formalmente a sus candidatos para las elecciones. Lo harán en julio y agosto.
Está previsto un segundo debate en septiembre, dos meses antes de los comicios.