Especial 8M: La historia de la lucha de la mujer en Costa Rica
El Partido Comunista, la Liga Feminista Costarricense y la creación de un marco jurídico a favor de la mujer son parte de la historia de las mujeres que avanzaron los derechos femeninos en nuestro país.
El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Según la UNESCO, esta celebración se origina gracias a las actividades del movimiento sindical a principios del siglo XX en América del Norte y Europa. Nuestro país se inspiró en estas revoluciones para avanzar los derechos de las mujeres en Costa Rica.
Un artículo llamado “Costa Rica, mujer y ciudadanía”, publicado en el 2013 en la Revista "Nuevo Humanismo" de la Universidad Nacional, de las autoras Paula Alonso y Zaida Fonseca, amplía sobre la lucha de las costarricenses por la igualdad. Teletica.com conversó con las escritoras, quienes subrayaron los puntos claves en nuestra historia.
Para Alonso, la influencia en Costa Rica del movimiento feminista a nivel internacional, el aporte del Partido Comunista en la década de 1940, la conformación de la Liga Feminista Costarricense y la creación de un marco jurídico a favor de la mujer son los hechos más destacables.
Fonseca concuerda y además agrega a lista la elección de las primeras diputadas de la República en 1953 y la elección de la primera presidenta mujer de Costa Rica, Laura Chinchilla (2010-2014).
En esta importante fecha, mencionamos los hechos históricos más relevantes sobre la lucha de los derechos de la mujer en Costa Rica.
La influencia del movimiento feminista internacional
Sin duda el derecho al voto es uno de los logros más destacados para las costarricenses. La vindicación del sufragio fue inspirada en movimientos internacionales.
“A partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en el marco de la Revolución Francesa, mujeres intelectuales protestaron vehementemente contra la segregación política y civil que experimentaban y redactaron, como consecuencia, la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Este es el primer “grito” por el derecho a la ciudadanía femenina y el origen del movimiento feminista, tal como lo conocemos hoy. Por otro lado, tenemos el legado del movimiento británico, el de las sufragistas a inicios del siglo XX. Esto significa que las mujeres costarricenses se informan sobre estos acontecimientos, toman conciencia de su condición y se suman oficialmente al movimiento feminista internacional”, comentó Alonso.
Una pieza fundamental para lograrlo en Costa Rica fue Ángela Acuña Braun. En 1912 publicó su primer ensayo feminista, en el cual amplía sobre como las mujeres y los hombres deberían de disfrutar de los mismos derechos y superar esa concepción de que las mujeres son útiles solo para ser madres y esposas. También, Acuña criticó cómo la mujer ha sido sometida históricamente al entorno doméstico y luchó porque las mujeres tuvieran el derecho a educarse para servir mejor a la patria.
Ángela Acuña Braun fue una abogada costarricense, primera mujer jurista centroamericana.
“En las primeras cuatro décadas del siglo XX, la situación socioeconómica del país estuvo marcada por las grandes contradicciones sociales que el modelo agroexportador, fomentado por el Estado liberal, había generado: desigualdades sociales, subordinación femenina, concentración de la riqueza en torno a la producción cafetalera y bananera, exclusión de pequeños productores y formación de un campesinado, trabajadores del agro y proletariado urbano pobre. Las mujeres, al desafiar un medio hostil por su condición de género, se abrieron espacio como actoras sociales y políticas, a veces, con el propósito de reclamar derechos para sí mismas, para sus familias y para todos los sectores desprotegidos”, señala el artículo de Alonso y Fonseca.
Liga Feminista Costarricense
Diputados declararon a la Liga Feminista Costarricense como benemérita de la patria 98 años después de su fundación.
En 1923 se creó la Liga Feminista Costarricense con el fin de promover la igualdad de la mujer y la necesidad de democratizar las relaciones de poder entre hombres y mujeres, tanto en lo público como en lo privado.
“Lucharon por la conquista de derechos políticos para la mujer costarricense. Al igual que las sufragistas inglesas, las costarricenses sabían que detrás del derecho al sufragio vendrían otro conjunto de derechos civiles como estudiar, heredar, tener un empleo remunerado, administrar sus bienes y tener patrimonio. Insisto en la influencia del feminismo ilustrado en estos movimientos”, acotó Alonso.
La Liga justificaba el derecho al voto para las mujeres ya que defendía que sería de ayuda para enfrentar problemáticas sociales y contribuir a mejorar su condición y la de sus familias e hijos.
Ángela Acuña Braun, quien era la fundadora de la Liga, expresaba que “la emancipación familiar, intelectual, civil y económica no podrían conseguirse fácilmente sin haber antes obtenido la política. Si bien es cierto que aquellas llegarían por medio del voto, este debía perfeccionar la última”.
Partido Comunista
Carmen Lyra fue una escritora, pedagoga y política costarricense.
La Liga Feminista Costarricense concentró todos sus esfuerzos en el voto femenino. Por eso, para la época de los años 40 se creó el Partido Vanguardia Popular (Partido Comunista), el cual asumió la reivindicación del sufragio de la mujer.
“Sabemos que el Partido Comunista tuvo como uno de sus objetivos principales la educación y la organización de grupos vulnerables (obreros y campesinos) desde un punto de vista social y de segregación, por ejemplo, como era el caso de las mujeres y de la población afrocostarricense. El aporte intelectual y literario de personajes como Carmen Lyra y Carlos Luis Fallas fue fundamental para luchar en pro de mejores condiciones de vida para las mujeres. Gracias al Partido Comunista, gozamos de garantías sociales y de sindicatos que regularon las condiciones laborales tanto para hombres como para mujeres”, detalló la académica del Centro de Estudios Generales de la UNA.
En este contexto, Costa Rica se hizo parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 2 de noviembre de 1945. Y, tres años más tarde, en 1948 asumió la Declaración de los Derechos Humanos. Este hecho contribuyó a que, después de la Guerra Civil del 48, el país creara una legislación inclusiva en términos de género, ya que se incluyó el voto femenino por primera vez en la Constitución Política de 1949.
El 20 de junio de 1949 la Asamblea Nacional Constituyente aprueba el derecho de la mujer a ejercer el voto.
Detalla el artículo que, “en este documento, después de grandes sacrificios y de luchas, se logró que las mujeres obtuvieran su ciudadanía política, es decir, los derechos humanos de primera generación en igualdad de condiciones con los hombres y así pasar de la dependencia representativa a una ciudadanía autora-representativa”.
Antes de esta modificación, la Constitución de 1848 definía a los votantes como hombres de 21 años o más, con propiedades y un trabajo honesto conocido. Además, esos votantes tenían que saber leer y escribir.
Creación de un marco jurídico a favor de la mujer
Para la escritora Paula Alonso, si bien es cierto que, en cuanto a las leyes, muchas de ellas son insuficientes o no operan como deberían, también es cierto que han amparado a muchas mujeres como receptoras de nuevos y merecidos derechos, independientemente de que fueran madres, trabajadoras o profesionales.
“Queda claro que debemos seguir luchando por reflexionar sobre el flagelo de la violencia de género, considerada una pandemia, que en su forma más cruel llega al feminicidio. A su vez, estas leyes han ido evolucionando y hoy contamos con nuevas leyes, como la del acoso callejero”, enfatizó Alonso.
En cuanto al tema de Derechos Humanos, igualdad y equidad de género, dentro del marco jurídico del Estado costarricense, estos se encuentra amparados por importantes instrumentos internacionales.
Algunos de los más relevantes son la Carta de las Naciones Unidas (1945), la cual asentó el principio de igualdad para mujeres y hombres; la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), que vetó la discriminación a causa del sexo, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, ONU, 1979); la Convención de Belem do Pará (1994), la cual demandó el respeto de todos los derechos de las mujeres; la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (1995), cuyo pilar fue la promoción de la igualdad, del desarrollo y de la paz.
También se establecieron principios y acciones para conseguir que las mujeres disfrutaran de la igualdad de derechos y de oportunidades (Tribunal Supremo de Elecciones, 2008).
En ese mismo año, se implementó en el país el Sistema de Gestión de Equidad de Género (SIGEG). Este funciona con las Normas ISO y se define como un instrumento de gestión organizacional orientado hacia la disminución de brechas de género en las empresas públicas y privadas. Tiene la finalidad de propiciar cambios administrativos y actitudinales para respetar los derechos laborales femeninos.
Para setiembre de 2009, se aprobó el nuevo Código Electoral. Su relevancia en la lucha de derechos para la mujer es que estableció la paridad de sexos y el sistema de alternancia en los cargos políticos.
El artículo detalla que “esta disposición se hizo efectiva a partir de las elecciones municipales para elegir alcaldes en 81 cantones del país. Los puestos deben asignarse de forma alterna, un hombre-una mujer, para garantizar que personas de ambos sexos tengan la posibilidad de ser electos en cargos de representación popular. Este es el principio de paridad y de alternancia que coloca a Costa Rica en la vanguardia mundial, al promover a las mujeres en cargos de elección popular”.
Mujeres en la política
Las primeras diputadas: Ana Rosa Chacón, Teresa Obregón y Estela Quesada.
En 1953, por primera vez en la historia de Costa Rica, las mujeres votaron en las elecciones y se postularon como candidatas. El resultado fue la diputación de tres mujeres: Estela Quesada, Teresa Obregón y Ana Rosa Chacón.
Otro dato que se debe resaltar fue cuando Costa Rica votó a su primera presidente mujer de la República: Laura Chinchilla Miranda (2010-2014).
Cada cuatro años se ve más participación de las mujeres en la política costarricense (comunal, provincial y nacional), un logro que se tiene gracias al Código Electoral de 2009, en cuanto a paridad y a alternancia de los puestos.
“Las mujeres han dirigido y aún lo hacen la Contraloría, la Procuraduría, la Fiscalía, la Corte de Justicia, Instituciones Autónomas. Además, la actual Primera Dama, Claudia Dobles, fiel a su tiempo, desafió la tradicional posición para dirigir el proyecto estrella del gobierno: el tren eléctrico para la movilidad ciudadana y el Proyecto de Descarbonización”, concluyó Fonseca.