1 de mayo de 2018, 18:05 PM

Cada año, se sacrifican alrededor de 58.000 millones de pollos de engorde en todo el mundo, dejando como desecho una enorme montaña de plumas.

Sin ningún valor real más allá de rellenar unas pocas almohadas, la mayoría de las plumas sobrantes se queman o se tiran en vertederos, donde representan un peligro biológico potencial debido a los residuos de sangre y tejidos.

Tamrat Tesfaye, un científico de origen etíope, asentado en la ciudad portuaria sudafricana de Durban, pensó: "qué terrible desperdicio. ¿Por qué no podemos convertirlas en algo mucho más valioso?”

Tesfaye y su colega Bruce Sithole han estado trabajando durante casi cuatro años en el desarrollo de nuevas formas para aprovechar el plumaje de las aves de corral convirtiéndolo en una amplia variedad de productos industriales y domésticos de valor comercial.

El objetivo es también reducir los residuos y los daños medioambientales causados por las millones de toneladas de plumas de aves de corral que se producen anualmente.

Ganando dinero con las plumas

La queratina es probablemente uno de los subproductos más valiosos del plumaje. Esta ligera proteína es la materia estructural principal que se encuentra en los cuernos, garras y pezuñas de los animales, así como en el cabello y la piel humana.

Las plumas están compuestas por un 91 por ciento de queratina, junto con aproximadamente un ocho por ciento de agua y un uno por ciento de lípidos.

"La queratina es realmente única en muchos aspectos”, afirma Tesfaye a DW, destacando el bajo peso de la proteína, la baja densidad de su estructura, así como su fuerza y sus propiedades absorbentes.

Y esto es lo que la hace muy versátil para una amplia gama de usos, desde componentes aeroespaciales y automotrices hasta champús y productos para el cuidado del cabello, pañales o bolsas de plástico biodegradables para la compra.

"La queratina es un polímero cien por ciento natural y no tóxico. Se puede emplear para regenerar la piel o hacer papel, e incluso se puede comer si se quiere”, asegura Tesfaye. El proyecto de queratina de Tesfaye está siendo financiado por el gobierno sudafricano y el sector privado.

Descontaminando plumas

Antes de poder desarrollar nuevos productos, sin embargo, hay que limpiar y desinfectar las plumas, que se contaminan con sangre y tejido muscular durante el proceso de desplume mecánico. Para ello, los investigadores han estado experimentando con varias técnicas térmicas y disolventes químicos, incluyendo algunos no tóxicos.

Una vez que las plumas están limpias y secas, se convierten en polvo o líquido a través de diversos procesos que pueden implicar la congelación a temperaturas de menos 80 grados centígrados para eliminar agua y grasas.

Seguir leyendo: "Alemania: sacrificar pollos recién nacidos no viola la ley” http://www.dw.com/es/alemania-sacrificar-pollos-reci%C3%A9n-nacidos-no-viola-la-ley/a-19274259

Inicialmente, Tesfaye y sus colegas se están centrando en el uso de algunas de las 250.000 toneladas de plumas de aves de corral producidas localmente para desarrollar materiales compuestos, que podrían utilizarse en la fabricación de tableros de aglomerado para hogares y oficinas.

Pero también están pensando más allá. "Son tan baratas y livianas, que creemos que las plumas procesadas podrían ser útiles para las industrias automotriz y aeroespacial”, afirma Tesfaye. Pueden utilizarse para fabricar salpicaderos, asientos o cubiertas de motor para automóviles, o como sustituto de los compuestos de fibra de carbono en los aviones.

Desde pañales hasta la limpieza de derrames de aceite

Trabajando bajo la supervisión de Tesfaye, estudiantes sudafricanos, nigerianos y congoleños están experimentando con diferentes técnicas para convertir la queratina en tejidos, materiales cicatrizantes, nanofiltros, aglutinantes para reemplazar compuestos tóxicos en aglomerados, pañales y otros productos absorbentes para la limpieza de derrames de petróleo.

En enero de 2017 se puso en marcha un proyecto europeo similar y más amplio. 

La iniciativa KaRMA 2020 está financiada por la Comisión Europea y cuenta con la participación de 16 organismos de investigación y grupos industriales de países como España y Alemania. El proyecto conjunto, coordinado desde el centro de investigación IK4-CIDETEC en San Sebastián, España, celebró recientemente su primer aniversario.

En un artículo publicado en la revista Polymers, el investigador de CIDETEC, Ibon Aranberri, sostiene que en la Unión Europea se generan más de tres millones de toneladas de plumas de aves de corral al año, no sólo de pollos, sino también de patos, gansos y pavos.

Aranberri señala que "las estructuras huecas en forma de nido de abeja” en las plumas proporcionan propiedades de aislamiento térmico únicas, que podrían emplearse para reducir la transmisión de calor en grandes edificios, haciéndolos más eficientes energéticamente.

CIDETEC participa en el pretratamiento de plumas de aves de corral y en el desarrollo de tecnologías para la preparación de materiales a base de queratina y compuestos ignífugos. Otros socios del proyecto en Europa planean desarrollar productos como la queratina hidrolizada para champús y acondicionadores de cabello, bioplásticos, textiles y resinas biológicas.

Etapas iniciales

Sarah Montes, coordinadora del proyecto KaRMA, afirma que el uso de plumas de aves de corral como materia prima en aplicaciones industriales es todavía muy limitado, y que el desarrollo de métodos de conversión y estrategias de explotación "no sólo incrementará el valor de las plumas como materia prima, sino que también reducirá el impacto ambiental y los riesgos para la salud asociados a los vertederos”.

Si el uso de plumas de aves de corral para fabricar plásticos biodegradables despega, sería una buena noticia, especialmente para nuestros océanos llenos de plástico. 

Montes cree que esto podría "contribuir a una mayor sostenibilidad y a una reducción del impacto ambiental asociado a la eliminación de polímeros no biodegradables (como los plásticos)”.

Autor: Tony Carnie (AR/ER)