El coronavirus también corre en el Tour de Francia
El COVID-19 también está presente en el Tour de Francia. Los que son positivos pero sin síntomas pueden seguir en competencia. Esto no solo salva la carrera, también se convierte en un gran experimento médico y social.
El miedo a contagiarse de coronavirus es latente entre los ciclistas en el Tour de Francia. "Claro que la gente está preocupada", dice a DW Max Walscheid, que es parte del equipo francés Cofidis. Su capitán, Guillaume Martin, tuvo que abandonar el Tour el domingo tras dar positivo en la prueba.
El Tour de France lleva ya más de una semana, con algunos, pero pocos, casos de coronavirus. Durante la jornada de descanso del lunes, hubo mucha emoción porque la Unión Ciclista Internacional (UCI) iba a realizar pruebas anticovid obligatorias. "Espero que el virus no me pase factura para poder competir", comenta Simon Geschke, compañero de equipo de Walscheid. Ser sacado de carrera es el segundo temor entre los atletas, como ocurrió con el australiano Luke Dirbridge, justo antes de que empiece a competir.
En el equipo de los Emiratos Árabes Unidos, del campeón Tadej Pogacar, la situación fue similar a la del Cofidis: antes de la salida, un deportista que había dado positivo fue sustituido. Y en medio de la competencia, el noruego Vegard Stake Laengen tuvo que abandonar a su equipo tras contagiarse de SARS-CoV-2. Por ello, Pogacar recibió con alivio su prueba negativa. "Espero que esto sea todo y que nuestro equipo se salve de bajas hasta el final", afirma.
Modificación de las reglas anticovid
Pero esa incertidumbre la tienen todos los participantes. Por un lado, el virus ya está entre los integrantes del pelotón. Ha habido pruebas positivas y se ha excluido a ciclistas. Por el otro, la UCI cambió sus reglas anticovid poco antes del Tour. Cualquier persona que dé positivo no tiene que esperar automáticamente la exclusión, como ocurría antes. Más bien, el director médico de la UCI, el médico de carrera del Tour y el médico del equipo pueden decidir si la carga viral es lo suficientemente baja como para que el deportista siga en carrera.
"Nos hemos guiado por la situación actual, con la alta tasa de vacunación en el pelotón y los cursos menos graves causados por las variantes del virus que están circulando", afirmó a DW el presidente de la UCI, David Lappartient. Los participantes y sus entrenadores están de acuerdo con esta decisión porque así se minimiza el riesgo de exclusión e incluso la exclusión de equipos enteros. Según las antiguas normas, equipos enteros debían ser retirados en caso de dos casos positivos.
"Las nuevas normas son buenas porque evitan una situación como la del Tour de Suiza, que abandonaron más de 50 deportistas por culpa del coronavirus, ya sea porque dieron positivo a la prueba o porque equipos enteros se retiraron por precaución. Para el Tour de Francia, eso significaría que solo cinco ciclistas llegarían a París", explicó a DW Richard Plugge, director del equipo Jumbo-Visma. Obviamente, Plugge tampoco puede descartar la posibilidad de que los atletas se contagien entre sí durante la carrera, porque estos van demasiado juntos.
Experimento a gran escala
Por otro lado, el miedo a contraer el virus en la ruta también ronda las mentes de los participantes del Tour. "Todos los días hay mucha gente a lo largo de la ruta, especialmente en las montañas. Me gusta eso, también la forma en que gritan. Pero eso también aumenta la probabilidad de contraer el virus", señala Pogacar.
Sin embargo, el Tour de Francia es actualmente un experimento a gran escala, con 165 atletas, unos 450 miembros del personal de apoyo, 480 miembros de la caravana publicitaria, unos 4.000 periodistas y personal de organización, así como 300 policías en la carretera para cada etapa y unos 28.000 policías y bomberos a lo largo del recorrido. Con esas cifras, también se pondrá a prueba la tesis sobre si el COVID-19 debe considerarse ahora más como una gripe y no como una amenaza mortal.
(ct/jov)