Paciencia y respaldo: dos claves en el éxito de la gestión de Horizonte Morado
Desde que llegó el ansiado título 30 en aquel Verano 2014, Saprissa ha sumado cinco finales y cuatro títulos, la mayoría defendiendo procesos incluso por encima del sentir de la afición

Antes de que Saprissa conquistara la estrella 30 en su palmarés, pasaron cuatro años de una de las sequías de títulos más longevas en la historia morada.
Fueron cuatro años marcados además por el fin de la “era Vergara” y la llegada de Horizonte Morado, el grupo de empresarios costarricenses llamados a ser salvadores de un club al que nuevamente se le pintó rostro de orfandad.
Esa promesa de cambio se empezó a notar en prácticamente todos los apartamos del saprissismo excepto por el más vistoso: el de los títulos.
El título 30 se volvió el objeto del deseo de afición y directiva y el peso bajo el que cayeron los procesos de Alexandre Guimaraes (2011-2012) y Daniel Casas (2012).
El fin de la sequía llegó hace cuatro años bajo la dirección de Rónald González, en aquella lluviosa noche tibaseña cuando la tempranera expulsión de Jonathan McDonald y el posterior gol de Hanzell Arauz decidieron ese clásico revestido de final.
Fue González, un hombre de la casa morada, el encargado de pagarle a Horizonte Morado su esfuerzo de tres años y volver a poner el grito de campeón en la boca del saprissismo, la generosa dosis de júbilo necesaria para olvidar el calvario anterior.
Porque hasta ese 10 de mayo el técnico de la 30 debió soportar su propio aguacero: las críticas de una afición que pidió casi al unísono su salida.
“Cuando yo llegué el club arrastraba una serie de años sin obtener el título y el ambiente era pesado. Luego sucedió que no pasamos a la final en dos oportunidades, pero aun así, en medio de las críticas de muchos sectores, sentimos el espaldarazo de la directiva.
“Para mí esa fue y es una de las grandes virtudes de Horizonte Morado. Ellos tuvieron paciencia y calma en la toma decisiones aun cuando los resultados no se veían y eso es clave porque da credibilidad en el trabajo. Ellos nos dijeron que no nos iban a quitar de buenas a primeras y eso nos dio tranquilidad y confianza para seguir hasta el objetivo”, recordó González.
Precisamente la directiva sostuvo al timonel y su cuerpo técnico por un tercer periodo incluso pese al disgusto de un sector del saprissismo que también la emprendió contra los dirigentes por esa aparente falta de decisión.
“Cuando llegan ese tipo de rachas la gente, la afición, los directivos, en todos se mete y se siente el nerviosismo, lo mismo en los cuerpos técnicos. Ahí es cuando llegan las malas decisiones en ambos lados y se busca deshacer todo de golpe”, explicó el estratega.
Fue esa confianza la que permitió en buena parte que el proceso de González llegara a buen puerto y la misma también que sostendría más tarde los pasos de Carlos Watson (dos títulos) y ahora a Vladimir Quesada, quien tampoco logró salvarse de los gritos de una grada con escasa paciencia.
“Horizonte Morado ha venido a demostrar que esa es una de sus fortalezas y que también es el camino correcto. Hubo un momento en que las cosas no anduvieron bien con Vladimir, pero se confió en él y les dio un título y ahora está a las puertas de otro, con todo y lo difícil que es ahora hablar de bicampeonatos o tricampeonatos”, finalizó el estratega.