Alfredo Zenobio Tarantino y su enigmática salida del Saprissa
El italiano jugó con los morados en la temporada 1986 y en poco tiempo se convirtió en una leyenda urbana.
Tres jugadores italianos han jugado en la Primera División del fútbol costarricense. Germani Gianluca lo hizo para Alajuelense y Curridabat y Alessio Lava con Liberia. El tercero es toda una leyenda y su historia única.
Alfredo Zenobio Tarantino llegó al Saprissa en la segunda mitad de 1986 y para diciembre de ese año desapareció, dejando una leyenda digna de recordar.
Tarantino llegó a Tibás proveniente del Lecce, equipo que jugaba en la Segunda División de Italia y si algo quedaba claro era que tenía pinta de jugador.
“Era un buen jugador, extremo izquierdo de buena pinta. Un delantero interesante”, recordó el periodista Roberto Bobby García.
En los meses que jugó para la S marcó cinco tantos, sumó dos asistencias y jugó en 21 partidos oficiales, según los datos del también periodista Rodrigo Calvo.
“Su juego era sencillo, se apoyaba de primera y picaba al espacio para que le dieran el balón y tenía buen centro y remate a marco. Además, era muy educado, amable y fino en el trato con los demás”, recordó en La Teja Marvin Solano, que en aquellas épocas era preparador físico morado.
“Pero algo destacaba más, era el aroma que desprendía al estar cerca de él, lo que hacía que no pasara inadvertido ante muchas mujeres y los que compartíamos con él le preguntábamos: ‘¿Oiga Tarantino que es ese perfume?´”, recordó Solano.
Conforme se acercaba el final de aquel lejano 1986, el italiano pidió permiso para viajar a Suiza a visitar a su padre, quien al parecer estaba enfermo.
En épocas en que no había facilidades para traer cosas del extranjero, muchos aprovecharon que la directiva del Saprissa le extendió un permiso a Zenobio para viajar, y le dieron dinero una lista de encargos.
“Sin embargo, el jugador europeo no regresó al país de esas vacaciones en Europa y su caso sigue siendo un misterio en el fútbol costarricense. Eso sí, dejó guindados a varios integrantes del club, entre dirigentes, administrativos, jugadores y cuerpo técnico, que le dieron dinero para que trajera entre dos y hasta tres perfumes”, recordó Calvo.
“Mi tía le dio estadía y al día de hoy siguen esperando la plata que le dieron mis tíos con la trama de que iba a traer uniformes y tacos italianos”, recordó entre risas Fernan Villalobos, hijo de Fernando Villalobos, quien por muchos años fue directivo del Saprissa.
Con el paso de los años, la historia de este italiano se ha contado varias veces y se llegó a convertir en una leyenda urbana, al igual que los pedidos que se llevó al Viejo Continente.
*Colaboró con datos Daniel Calderón