11 de agosto de 2021, 9:00 AM

Bernal Fonseca / Empresario, comunicador y productor de televisión 

Es sencillo, aquella persona que desee un crecimiento profesional y una calidad de vida como consecuencia, tiene que prepararse para competir dentro o fuera del país contra el mundo. Si usted no lo había pensado así porque se conforma con lo que tiene al alcance de la mano, está bien, y si lo había visualizado, pero se cree capaz con lo que ya tiene, está bien; lo cierto es que su pensamiento podría distar de la realidad.

Digitalización. Este es uno de los conceptos, que mucho antes de la pandemia, ya se conversaba entre los generadores de empleo como un elemento que iría transformando poco a poco las industrias, los métodos de trabajo y las habilidades requeridas en las personas para ser parte de esta nueva etapa.

La pandemia llegó, se quedó y transformó los tiempos proyectados, haciendo que la necesidad de ser un talento digital global, fuese inmediata. Según ManpowerGroup en su estudio para el año 2021, Reinicio de la revolución de habilidades: las 3R, renovar, reaprender, reorientar”, el 38% de las empresas consultadas están acelerando sus procesos de transformación digital, e inclusive, el 86% de esas empresas planean aumentar o mantener su planilla.

El reporte de un estudio realizado por LinkedIn titulado “2021 Workplace Learning Report” presenta un listado de diez habilidades que son necesarias para ser parte de esta nueva era, y procedo a mencionar las primeras cinco en orden de prioridad: resiliencia y adaptabilidad, habilidades tecnológicas y digitales, comunicación a través de plataformas virtuales, inteligencia emocional y trabajo colaborativo.

El talento con el que competimos. Pensemos en los puestos de trabajo que se dejan de ocupar en empresas globales porque las personas no cumplen con los requerimientos, los modelos de negocio emergentes que no escalan a mercados internacionales o en las 434 mil personas desempleadas -según el INEC a junio del año en curso-, y cuestionémonos si tienen lo necesario para competir.

Del otro lado, encontramos una minoría de profesionales que sí han encontrado una ruta para mantenerse vigentes, se adaptaron y ahora lideran la pirámide de talento, dejando a las personas rezagadas, con el riesgo de quedar por fuera del mercado definitivamente.

Permitir la ampliación de la brecha de conocimiento y habilidades entre la población trae consecuencias negativas; disminuye la inversión en el país, la retención de proyectos desarrollados con base en el talento local, incrementa la informalidad y por ende, se desajusta la economía y la permanencia en el tiempo de la seguridad social, se disparan los niveles de pobreza, la violencia toma las calles con mayor regularidad, entre otras.

Quiero dejarlo aún más claro, el progreso de nuestra sociedad se basa en el conocimiento y el desarrollo de habilidades acordes con las exigencias globales, las cuales no estamos cumpliendo.

Posible ruta. Creemos plataformas formativas donde se impulse la combinación entre tecnología y talento, desde el sector empresarial hasta las asociaciones de desarrollo comunal, por citar organizaciones que pueden tomar este rol, donde se promueva el aprendizaje de habilidades como la comunicación, pensamiento crítico, proactividad, empatía, humanismo y gestión del tiempo al mismo rango de importancia, sino más, que el conocimiento técnico. El objetivo es conseguir una nivelación colectiva.

Sigamos creando criterio en conjunto y recuerden que si desean compartir conmigo sus puntos de vista pueden hacerlo al correo: b.fonseca@teletica.com. 

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