Carreteras que perdonan
Pese al error humano o la falla mecánica, las condiciones de infraestructura deben mitigar el daño.
La primera vez que escuché el concepto fue hace como 15 años. Me lo explicaron en el laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (LANAMME).
"Carreteras que perdonan" son carreteras que dan una segunda oportunidad ante un error humano o una falla mecánica.
Le pongo un ejemplo: Si una persona excede el límite de velocidad y se sale de la vía en una autopista, debería haber un valla o baranda especial que reduzca el impacto.
Le pongo otro ejemplo: si una conductor va por esa misma ruta y sufre de un desperfecto mecánico que lo obliga a detenerse, debería existir un espaldón que le permita estacionarse con suficiente espacio.
Le pongo un tercer ejemplo: Si un carro choca con otro y se sale violentamente de esa misma ruta, no deberían existir estructuras de alumbrado muy cerca de la vía sin protección, pues caso contrario implicaría un riesgo para el conductor.
Esas son carreteras que perdonan. En otras palabras, pese al error humano o la falla mecánica, las condiciones de infraestructura deben mitigar el daño.
El problema acá es que claramente la ruta 1, una de las más transitadas del país, no es una ruta que da segundas oportunidades, sino que más bien aumenta el peligro.
Así lo reconoce LANAMME y el propio Consejo de Seguridad Vial (COSEVI). Esto es particularmente preocupante en el tramo General Cañas.
Un reportaje de 7 Días demostró como el espaldón es extremadamente reducido. Las vallas de separación son muy bajas o inexistentes. Hay árboles o estructuras gruesas y duras muy cerca de la vía o paradas de bus en islas donde obligan a las personas a cruzar la autopista.
¿Quién es el responsable de manejar bajo los límites correctos de velocidad? El conductor. ¿Quién es el responsable que el carro esté en buenas condiciones mecánicas? Su dueño. ¿Quién es el responsable de que las rutas tengan los requerimientos de seguridad necesarios? El Estado.
Creo que es justo, a la hora de analizar un percance, ver qué porcentaje de la culpa es del conductor y qué porcentaje de la infraestructura no "perdonó".
Por cierto (y ya para terminar), si alguien cree que lo que expongo acerca de la responsabilidad del Estado en accidentes es un disparate jurídico, le cuento que hay varias sentencias dictadas por los tribunales que lo confirman, no solo en la ruta 1, sino también en la Florencio del Castillo o en la Zona Sur. Para muestra un botón, precisamente en el reportaje mostramos un caso ocurrido en la misma General Cañas que implicó una condena al Estado.