Educación superior
La Educación Superior es pura vida porque puede aportar a la sociedad desde muchos ángulos. Aquí le expongo varios para que todos valoremos y discutamos.

La Educación Superior es pura vida porque puede aportar a la sociedad desde muchos ángulos:
Atrae y forma talento; se encarga de la formación académica y científica de calidad del mayor nivel; profesionales para el sector privado y público.
Desarrolla investigación básica y aplicada; genera conocimiento y al hacerlo es innovadora.
Transfiere ese conocimiento, directa o indirectamente, al tejido productivo por lo que, más tarde o más temprano, mejora las capacidades y la productividad.
Incide en el desarrollo social y cultural de la sociedad y, en particular, de las personas que participan en sus procesos de formación, o con las que interactúan en sus acciones de extensión; así genera capacidades, autonomía y visión crítica.
Es universitas, esto es, universal. Es conciencia lúcida de una sociedad en el tanto es crisol de lo plural, expresión de lo múltiple; la libertad de cátedra, pieza central de la vida universitaria, es manifestación de pluralismo.
En Costa Rica hemos asistido a una explosión en la cantidad de universidades (más de 50 de muy diversos tamaños) y de graduados universitarios (más de 25.000 títulos al año), en los últimos cuarenta años, calidades.
Hoy son muchas más las universidades y más abundantes los títulos que se otorgan anualmente desde las universidades privadas. Actualmente, las nuevas generaciones tienen mucho mayor acceso a las universidades que hace veinte años.
Hay evidencia de un bajo desempleo profesional, salvo algunas pocas opciones académicas en la que es mayor, que es conocido gracias a un seguimiento de graduados (el más reciente para graduados de universidades públicas y privadas) que realiza el Conare periódicamente.
Los resultados de este seguimiento tendría que ser de amplia divulgación para la orientación de los estudiantes y las propias universidades. Así tomarían decisiones mejores y más informadas. Además, el desafío es de calidad.
No obstante esta expansión acelerada el nivel enseñanza superior el país no tiene una regulación que valore la pertinencia y que apunte al menos al primer ángulo de aporte (formación profesional) de las universidades privadas.
Las públicas tienen su regulaciones autónomas y sus mecanismos de rendición de cuentas las que tienen oportunidades de mejora. Pero sobre esto ampliaré en una próxima columna.