10 de junio de 2014, 2:58 AM

Los vecinos de la zona norte se quejan de la forma en que ha quedado un tramo del río La Esperanza, producto de la acción de la hidroeléctrica del mismo nombre.

La Esperanza era posiblemente muy parecido a otro. Tal caso ocurre en el río Chirripó, situado en el cantón de Pérez Zeledón.

Ahí o un poco más arriba, se pretende colocar el embalse para la hidroeléctrica y los vecinos temen el mismo efecto.

El sur es una zona altamente rica pero al mismo tiempo altamente frágil, y tiene gran cantidad de zonas protegidas. Entre ellas los mayores parques nacionales, Chirripó y La Amistad, el corredor biológico Alexander Skutch, la reserva experimental Crucitas de la Organización de Estudios Tropicales y las Alturas de Cotón.

En esta región se concentra gran parte de la biodiversidad del país, entre ella especies en peligro de extinción.

Alturas de Cotón es una de esas zonas en grave peligro. Se trata de una franja de tierra de 10.000 hectáreas de bosque primario y secundario pegada al parque La Amistad.

Es una finca privada dedicada a la conservación de flora y fauna donde viven unas cincuenta personas que se ocupan del cuido de los bosques y la producción agrícola orgánica.

La finca es también un centro de investigación científica. Recientemente, los investigadores encontraron una población de la ranita payaso, que se creía extinta.

El mayor enemigo de esta zona de protección son los cazadores. Pero el otro enemigo que se ve en la perspectiva son las hidroeléctricas, que amenazan con la utilización de su río más emblemático, el Cotón, aunque también están amenazados otros dos ríos.

El ICE tiene 60 proyectos hidroeléctricos en estudio para la región, 32 con elegibilidad vigente, 23 con estudio de impacto ambiental presentado a SETENA.

Desde el aire se puede apreciar la riqueza del lugar. La zona boscosa es Alturas de Cotón y más allá el parque nacional. Más al lado, potreros y cultivos. El río es fuente fundamental de esta actividad económica. Sin él, la economía local se destruiría.

También es recurso esencial para las comunidades indígenas, como una que está presente ahí y que se llama La Casona.

Por todo lado, ríos y ríos, que por la topografía tan quebrada de la zona forman grandes depresiones y caños, ideales para las represas.

Aguas abajo, el río Cotón se une con el General. Allí el contraste de colores es evidente. Las aguas limpias de la montaña se encuentran con las de color tierra que arrastran la erosión dejada por la piña.

En este sitio se propone el ICE colocar la represa del Diquís, el proyecto hidroeléctrico más grande de la zona.

El problema es que el General es el principal afluente del Térraba, que verá disminuido su caudal sensiblemente por un trecho de muchos kilómetros, hasta que el agua sea vertida de nuevo en Palmar Norte, donde se encontrará la casa de máquinas.