18 de septiembre de 2023, 19:13 PM

Carlos Aguirre / Consultor Desarrollo Humano Estratégico.

Actualmente, decimos que vivimos en un mundo muy complejo, lleno de desafíos, tecnológico, cambiante, rápido, acelerado y muchas otras particularidades que se podrían agregar, las cuales en cada capacitación salen a relucir cuando se les pregunta a los participantes. Es correcto, el mundo en que vivimos tiene esas y otras características.

Sin embargo, lo anterior nos lleva a vivir en un mundo con bastante ansiedad por lo que seguirá y, a veces, angustia por lo que ha pasado. En cada evento, solemos hacer ejercicios para que los participantes terminen de llegar. Al momento de aplicarlos, resulta interesante todo lo que podemos observar, pero uno de los aspectos más sobresalientes son las personas que no están tan presentes.

Estamos viviendo tiempos con mucho exceso de pasado y de futuro, nos estamos alistando para salir de la casa y ya estamos pensando en el tráfico y ponderamos lo que seguirá. Cada vez que realizamos algo, no nos encontramos presentes. Estamos en el gimnasio y, después de un ejercicio, vemos el teléfono como si al mundo le pasara algo a cada minuto. Vivir nuestra vida minuto a minuto está haciendo que el momento más importante, que es el aquí y el ahora, no esté siendo disfrutado al máximo. Además, nuestra concentración se vuelve muy poca y, más bien, la desconcentración se convierte en lo normal.

Desde muchos años atrás se habla del mindfulness, también conocida como la atención plena. Se trata de una técnica de meditación que tiene sus raíces en la tradición budista, pero que ha sido adaptada y popularizada en el mundo occidental como una práctica laica. El mindfulness consiste en prestar atención, de manera consciente y sin emitir juicios, a las circunstancias del momento presente. Esto implica experimentar los pensamientos, los sentimientos, las sensaciones corporales y el entorno del aquí y ahora, sin intentar cambiarlos o juzgarlos.

¿Para qué sirve el mindfulness?

Reducción del estrés: uno de los usos más conocidos del mindfulness es como parte de un programa de reducción del estrés basado en la atención plena (MBSR, por sus siglas en inglés). Muchos estudios han demostrado que la práctica del mindfulness puede ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar la capacidad para manejar situaciones estresantes.

Mejora de la concentración y la atención: practicar el mindfulness ayuda a mejorar la atención y la concentración, lo que resulta beneficioso para muchas áreas de la vida, incluida el trabajo y el estudio.

​Regulación emocional: la práctica regular del mindfulness ha sido vinculada con mejoras en la regulación emocional, lo que, a su vez, puede resultar útil para manejar la ansiedad, la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.

Autoconciencia: el mindfulness puede incrementar la autoconciencia, al ayudarnos a ser más conscientes de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, así como la manera en que estos influyen en nuestro bienestar general.

Salud mental y física: existen evidencias que sugieren que la práctica del mindfulness podría tener beneficios para la salud física, incluyendo la reducción de los síntomas de enfermedades crónicas como la hipertensión, el dolor crónico y los padecimientos cardiovasculares; aunque es necesario que haya más investigación en estos campos.

Calidad de vida: algunos estudios han demostrado que el mindfulness puede incrementar la calidad de vida en general, lo que comprende también el bienestar psicológico.

Relaciones interpersonales: ciertas investigaciones mencionan que la atención plena podría mejorar las relaciones interpersonales, posiblemente, al promover una mayor empatía y compasión.

Es importante disfrutar de cada momento, pues es lo único que existe.


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