POR Luis Jiménez | 6 de marzo de 2024, 13:33 PM

Familiares de pacientes enfermos y extrabajadores del Hogar Manos Abiertas narran las supuestas agresiones que ahora se investigan en esa fundación sin fines de lucro (ver nota adjunta de Telenoticias).

La Sección Anticorrupción del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizó la intervención policial este martes en dos sedes de la organización, ubicadas en Desamparados de Alajuela, y La Unión, en Cartago.

"Vine a buscar a mi hermano que estaba internado acá y, aparentemente, está fallecido. Mi otro hermano se dio cuenta ayer (luego de la noticia del allanamiento) de que aparecía fallecido en el Registro Civil y los del albergue nunca nos notificaron.

“A mi mamá nunca la dejaban entrar, a mi hermana ni a mí tampoco y hace seis años pude ingresar encubierta en una actividad que hicieron, pero nunca nos permitían ver a mi hermano. No sabemos si es cierto o no que murió, pero no he podido dormir pensando si estará o no vivo”, manifestó Hazel Artavia.

El hermano de Artavia fue internado en la fundación, cuando era niño, ya que tenía parálisis cerebral: tenía más de 20 años de estar ahí. “Ayer fuimos a la Fiscalía y al OIJ a poner la denuncia”, agregó.

Mariela López, extrabajadora del lugar, asegura que las autoridades se habían tardado en intervenir porque lo que ocurría ahí “era una injusticia”.

“Yo trabajé dos meses y mi función era en el área de adulto mayor: los bañaba, les daba comida y medicamentos. Ya era demasiado lo que ocurría ahí y las autoridades se habían tardado en proceder porque era una injusticia.

“A la hora de la comida, todos hablaban de lo que vivían los niños, los adultos y el trato de la madre superiora con ellos era impresionante; a mí hasta se me salían las lágrimas del coraje por no poder hacer nada”, expresó López.

Otras de las exfuncionarias, quien prefirió guardar su identidad, dice que cuando la fundación inició todo era muy bonito; pero, conforme iban creciendo, cambió radicalmente.

“Yo trabajé al principio en la fundación y, como estaban empezando, todo era muy bonito; pero cuando empezaron a crecer todo cambió: ya no dejaban entrar visitas, era controlado el ingreso y varias veces vi a una señora pegándole a los niños a cada rato. También les gritaban, no les daban comida, ni medicamentos. Lo del maltrato era un secreto a voces”, agregó.

La Fiscalía le pide a familiares y testigos de estas supuestas anomalías acercarse a ellos y poner las denuncias correspondientes.

Por este caso, las autoridades detuvieron como sospechosos de los hechos a cuatro mujeres de 54, 52, 44 y 39 años; además, a un hombre de 52 años. Todos permanecen a las órdenes del Ministerio Público.​

A estas personas se les investiga por los aparentes delitos de trata de personas con fines de explotación laboral, tortura, ejercicio ilegal de la profesión, malversación de fondos, peculado y enriquecimiento ilícito.

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