Sucesos
OIJ investiga supuesto secuestro de dueño de cadena de gimnasios
Los sospechosos abordaron a la víctima el miércoles anterior, en horas de la mañana, en San Pedro de Montes de Oca.
Jorge Angulo, dueño de la cadena de gimnasios George Angulo, relató este sábado las horas de angustia que vivió luego de que un grupo de hombres fuertemente armados lo mantuvieran detenido por casi tres días.
En entrevista con Teletica.com, Angulo aseguró que todo comenzó el miércoles anterior mientras llegaba a la sede de uno de sus establecimientos en San Pedro de Montes de Oca.
“Eran como las 8:30 de la mañana, llegaron tres carros con casi 15 hombres vestidos de OIJ, se acercaron con armas de alto calibre y me enfrenté a ellos como dos minutos hasta que me pusieron las armas en la cabeza y me dijeron que si seguía peleando me iban a matar.
“De ahí me montaron en uno de los carros y me pusieron una capucha, ahí anduve como hora y media y luego me metieron a un cuarto, o una casa, luego me metieron a otra casa y pasé la noche y después en la madrugada fui a otra casa. Estuve en tres lugares”, recordó.
Según dijo, los hombres le recomendaron mantenerse tranquilo en todo momento “para no tener que maltratarlo” y aseguró que durante todo el tiempo que estuvo retenido por los antisociales no fue agredido y más bien lo alimentaron, pero siempre estuvo esposado y con la capucha.
“Ya luego vino el contacto con mi familia, llamaron a mi papá y mi hermano, ellos empezaron a buscar los medios para pagar, pero los señores no querían la plata en efectivo sino en bitcoin.
“Nosotros no manejamos eso, tuvimos que buscar alguien, es algo nuevo, añadió.
El empresario no quiso revelar el monto pagado por su familia, pero sí aseguró que no fue el solicitado originalmente y que lo lograron reunir con fondos propios de la familia.
“Fue bastante grande el monto, ellos querían un montón más, pero luego se negoció. Todo fue por teléfono. Pero es muy duro, es frustrante”, añadió.
Una vez concretado el pago, Angulo aseguró que fue liberado poco después en una montaña de Río Frío de Sarapiquí.
“Me tiraron y me dejaron ahí y ya salí caminando y pude llamar a mi familia, pero fue demasiado angustiante. Yo lloraba, les pedía que no me hicieran daño, les decía que yo no soy una persona mala, que yo no soy malo, no soy un delincuente para que me traten así.
“Hubo un momento en que yo en mi corazón decía no me importa que me maten, pero les pedía que me dejaran llamar para despedirme de mis seres queridos, les decía a mí no me importa que me maten, pero déjenme despedirme”, recordó entre lágrimas.
¿Por qué a él?
El empresario dice que no tiene ninguna sospecha sobre quién o quiénes están detrás del grupo que lo secuestró, pero que tiene certeza de que están organizados y que se dedica a eso, pues los escuchó decirlo en reiteradas oportunidades.
Sí reconoce que cree que su imagen pública fue la que lo puso en la mira de los delincuentes.
“Creo que es por la cuestión de los gimnasios, la imagen que yo manejo. Yo soy el presidente de la asociación de gimnasios, seguro para ellos yo era muy apetitoso, dijeron que yo andaba haciendo mucha papaya”, afirmó.
Asegura que a partir de ahora contratará seguridad privada para que lo acompañe y le pide a los empresarios cuidarse y a las autoridades tomar cartas en esta situación.
“Este país cambió y nos está haciendo daño, el hijueputa (sic) crimen organizado nos está haciendo daño a las personas nobles y trabajadoras.
“Por eso yo le digo a la gente que se cuiden, que cuiden a su familia, que los abracen, porque en ese momento que vos estás encerrado, con gente armada, gente que apunta con una arma en la cara, que suena como cargan y descargan las armas, ahí vos te das cuenta de que al final el dinero no vale nada y que la vida para ellos no vale nada, por eso lloré tanto, porque quería despedirme de mi familia”, finalizó.
El OIJ reconoció que sigue una investigación por este caso.