POR María Jesús Prada | 26 de julio de 2022, 13:27 PM

Thara Villegas Bonilla (25 años) es una vecina de San Francisco de dos Ríos, en San José. El pasado 18 de julio viajó a México para un paseo familiar acompañada por sus padres, Lorena Bonilla y Denis Villegas, su pareja, Yeikof González, y su suegra, Deidamia Alfaro Sánchez. Villegas esperaba con ansias poder realizar el viaje a la capital mexicana, ya que sería la primera vez que su suegra viajaba en avión y visitaba otro país.

Villegas con sus padres, pareja y suegra el día en que viajaron a México.

La familia llegó en avanzadas horas de la noche del lunes 18 de julio y acudió a un apartamento que habían alquilado en la plataforma Airbnb para alojarse durante su estadía.

"Alquilamos un apartamento ubicado en una zona exclusiva que está detrás de la embajada americana, pensando en nuestro bienestar, tomando en cuenta que México tiene sus barrios peligrosos y queriendo evitar poner en riesgo nuestra seguridad", explicó Villegas.

Al día siguiente, salieron a conocer el casco de la capital mexicana y volvieron al alojamiento a eso de las 6 p.m. de ese día. Villegas explica que "la idea era que mi suegra pudiera conocer, ya que esta era la primera vez que se montaba en un avión y viajaba a otro país".

Volvieron cansados del largo día de paseo y, cuando llegaron al apartamento que habían alquilado, cada uno acudió a su habitación para descansar antes de salir a cenar.

"Mi papá se acercó a mi cuarto como a las 9:30 p.m. y me tocó la puerta. Me dijo que prefería no salir a cenar, que se iba a ir a dormir, porque se sentía mal", relata Villegas, quien recuerda que, al abrir la puerta, también empezó a sentirse mal; "empecé a sentir como que estaba sin aire y me extrañó".

Captura de la aplicación que muestra el inmueble alquilado por Villegas y su familia.

Consternados, Villegas y su padre acudieron a la habitación donde estaba su mamá, Lorena Bonilla. Al llegar, se percataron de que ella también se sentía mal y que estaba pálida, así que Villegas, quien hace algún tiempo llevó un curso de primeros auxilios, sospechó que el malestar de su madre se debía a una falta de oxígeno: "La ayudé a levantarse para sacarla a la terraza a respirar un poco de aire fresco, pero, cuando la estaba levantando, se desmayó en mis manos".

No tardó en llamar al 9-1-1. "Les dije que éramos extranjeros, que creía que lo que nos faltaba era oxígeno, que mi mamá estaba inconsciente, mi papá al borde de desmayarse y yo sintiendo que no podía respirar".

Preocupado, su pareja, Yeikob, fue a buscar a su mamá, quien todavía seguía en su habitación. "Cuando Yeikob va a despertarla, se da cuenta de que no tiene pulso y que tampoco responde. Intentó reanimarla desesperadamente", detalla Villegas.

La ambulancia llegó poco después, y los cuerpos de primera respuesta subieron hasta el sexto pisto de la torre donde se estaban alojando para sacar en camilla a la suegra de Villegas, su madre y su padre. Tal y como ella sospechaba, los rescatistas le indicaron que lo que tenían sus seres queridos era hipoxia cerebral, un padecimiento que se presenta cuando no llega suficiente oxígeno al cerebro. Los cinco integrantes de la familia fueron trasladados a un hospital, donde recibieron tratamiento por intoxicación y donde, horas más tarde, falleció la suegra de Villegas, Deidamia Alfaro, con 57 años.

La respuesta de la plataforma Airbnb a Villegas tras la muerte de su suegra.

La situación empezó a esclarecerse cuando los médicos del centro analizaron los pulmones de Alfaro, percatándose de que habían dejado de funcionar debido a una saturación de monóxido de carbono, una que también presentaban Villegas, su pareja y ambos padres. "Los médicos nos dijeron que, según lo que encontraron en el análisis de nuestros pulmones, si nos hubiéramos quedado 10 minutos más ahí, habríamos muerto nosotros también".

"Falta de apoyo" por parte de la embajada

Alfaro murió a la una de la mañana del 20 de julio y, a primera hora del día siguiente, Villegas acudió a la Embajada de Costa Rica en México para solicitar ayuda. "Esperamos hasta que abrieran a las nueve de la mañana. Fuimos llorando a pedir ayuda, porque no entendíamos qué había pasado, no teníamos dónde hospedarnos y tampoco sabíamos cuáles pasos debíamos tomar", cuenta Villegas, "sin embargo, nos dijeron que no podían hacer nada, que no tenían presupuesto ni lugares para alojarnos, que tampoco tenían abogados y que solo podían ofrecernos un acompañamiento que consistía en llamarnos a preguntar cómo estábamos".

El trago más amargo, sin embargo, fue dos días después cuando, ahogada por los costos económicos que tuvo que asumir para pagar el tratamiento de ella y sus cuatro familiares en el hospital, volvió a contactar con la embajada para ver si podían ayudarle a repatriar el cuerpo. "Me dijeron que, para hacerlo, tenían que iniciar un proceso de 15 días para determinar si mi suegra calificaba o no para la repatriación", indicó Villegas quien, finalmente, tuvo que asumir el proceso y el coste de devolver el cuerpo de Alfaro a Costa Rica.

"Lo que sentí fue como lo que uno siente cuando es niño y está asustado y va donde el papá o la mamá. Uno ve a la embajada de su país de la misma manera cuando necesita ayuda y se encuentra en un país ajeno", aseguró.

Teletica.com contactó con las oficinas de Cancillería para solicitar sus declaraciones sobre el caso. A continuación compartimos su respuesta íntegramente, enviada mediante un correo electrónico este martes.

Según los informes que remitió el Consulado General de Costa Rica en México, a la familia les han brindado, y continúan brindando, la asistencia que está en nuestras manos, desde punto de vista legal y material.

En ese sentido, el Consulado General ha mantenido una comunicación tanto con la familia de la señora Alfaro Sánchez, como con los abogados, para brindar la asesoría y apoyo del caso. 

Asimismo, se reunieron dos funcionarios de nuestra misión con la familia, para orientarlos en los trámites a seguir y brindar apoyo en la logística.

No obstante, como es de conocimiento, ni nuestros Consulados, ni este Ministerio contamos con una partida (ni fondos) para brindar asistencia económica, ni podemos brindar asesoría legal, dado que se sale de las competencias legales de los Consulados.

En cuanto a la repatriación del cuerpo de la señora Alfaro Sánchez, el procedimiento que se les explicó es el del acceso del fondo de repatriación, el cual es manejado por la Dirección de Desarrollo Humano e Integración de la Dirección General de Migración y Extranjería. 

Los tiempos a los que hacen referencia son producto de los procedimientos internos y mecanismos de control establecidos por el Protocolo de Repatriación, dado que se trata de fondos públicos. En ese sentido, se le brindó la información pertinente a la familia de la señora Alfaro Sánchez, para que pudieran tomar las decisiones relevantes en familia, asegurándoles que se les estaría brindando el acompañamiento en el proceso de solicitud de repatriación por medio del fondo mencionado, en caso de así requerirlo.

La causa de la muerte

Villegas ahora se encuentra en pleno proceso legal para denunciar al propietario del inmueble por asesinato, ya que, aparentemente, estaba al tanto del hecho de que el boiler (un tanque de agua caliente que opera con gas) del apartamento no tenía un tubo de escape para el monóxido de carbono que produce cuando está en funcionamiento.

De hecho, cuando se hizo el peritaje de la vivienda un día después, el informe comprobó que el aparato "tenía todo para poder operar menos la manguera que se encarga de expulsar el monóxido de carbono y cuyo reemplazo no supera los $10", detalla Villegas.

El boiler no contaba con una manguera para expulsar el monóxido de carbono.

Fueron horas de angustia y desesperación las que recayeron sobre esta familia costarricense, la cual, todavía en medio del duelo, tuvo que buscar cómo proceder para asegurarse de que la muerte de Alfaro no pasara desapercibida y que los responsables por la negligencia se enfrentaran a un debido proceso; "No sabía si tenía que demandar a Airbnb o al propietario, tampoco sabíamos cómo empezar un proceso legal en otro país, tuve que pedirle ayuda a mi abogado en San José para poder encontrar a alguien en México que pudiera ayudarnos", explicó.

Un sufrimiento que no cesa

Por petición de Villegas, cabe destacar que hubo un elemento más que agravó el dolor de esta familia. Empezó cuando un medio digital de Costa Rica se enteró de lo acontecido y contactó con la familia para realizar una nota. 

"Nos llamó una periodista del medio cuando estábamos en pleno proceso de asimilar la muerte. Llamó a mi pareja y lo agarró en un mal momento, ya que él compartió alguna información sobre lo sucedido y, pese a haberle solicitado al medio no publicar la noticia hasta que la familia se enterara de la muerte de mi suegra, lo hicieron de todas formas", indicó Villegas. 

No obstante, este no fue el único problema que tuvieron: "En la nota dijeron que estábamos pidiendo dinero para repatriar el cuerpo y esa afirmación no la autorizó ni la confirmó nadie de nuestra familia. Entonces, sacaron la nota con información que no era cierta, algo que atenta contra nuestra dignidad, porque de ahí empezaron a salir publicaciones en las redes sociales para pedir donaciones cuando nosotros ni siquiera nos planteamos hacerlo".

Este medio contactó a la empresa Airbnb para solicitar su versión de los hechos. Mediante un correo electrónico, informaron que esta propiedad fue eliminada de la plataforma mientras se realiza la investigación.

“Lamentamos profundamente esta horrible tragedia. Inmediatamente, nos pusimos en contacto con los familiares y seres queridos de las víctimas para ofrecerles nuestras sinceras condolencias y nuestro total apoyo. En una noche, aproximadamente millones de personas se alojan en espacios ofrecidos a través de Airbnb en más de 100.000 ciudades en el mundo y este tipo de incidentes son extremadamente raros”, agrega la comunicación.

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